Generación Z México: Derriban pared metálica en Palacio Nacional y chocan con policías en histórica marcha CDMX; sin incidentes en 20 ciudades del país
Videos virales capturaron el momento preciso: con cuerdas improvisadas y martillos, los jóvenes derribaron al menos 10 a 12 secciones metálicas en la calle Pino Suárez y al costado derecho del Palacio
CDMX.— En un acto de rebeldía que escaló rápidamente a la violencia, miles de jóvenes de la Generación Z irrumpieron en el epicentro de la capital mexicana este sábado al derribar los imponentes muros metálicos que blindaban el Palacio Nacional, desatando un enfrentamiento directo con elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC). Lo que inició como una marcha pacífica contra la corrupción, la violencia y la inseguridad –inspirada en el movimiento global “One Piece” y agravada por el reciente asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo– culminó en más de dos horas de caos en el Zócalo, con gases lacrimógenos, golpes y piedras volando por doquier. El saldo preliminar deja al menos seis heridos leves entre manifestantes y policías, sin detenciones reportadas hasta el cierre de esta edición, aunque equipos de emergencia atendieron irritaciones oculares y contusiones en la zona.
El saldo final de la confrontación en el Zócalo dejó un total de 12 personas lastimadas: entre los manifestantes, seis jóvenes –cuatro hombres y dos mujeres, todos menores de 25 años– resultaron con contusiones leves, irritación ocular por gases lacrimógenos y abrasiones por caídas al derribar las vallas, siendo atendidos en el lugar por paramédicos de la Cruz Roja y ERUM sin requerir hospitalización; del lado policial, seis elementos de la SSC sufrieron heridas menores, incluyendo una agente con fractura nasal por impacto de piedra, dos con esguinces en extremidades al replegar el “muro humano” y tres con irritación respiratoria, todos dados de alta tras valoración médica en el sitio, sin reportarse heridos graves ni uso de armas letales por ninguna parte.
La movilización, convocada en redes sociales bajo el lema #MarchaNacionalGenZ, partió alrededor de las 11:00 horas desde el Ángel de la Independencia con un ambiente festivo: pancartas con consignas como “Narcoestado” y “Revocación”, playeras blancas en homenaje a Manzo, y música de Molotov retumbando en bocinas portátiles. Cerca de 5,000 participantes –estudiantes, campesinos y ciudadanos de Michoacán, entre otros– avanzaron por Paseo de la Reforma y el Centro Histórico exigiendo un “segundo piso” para la Cuarta Transformación que aborde la crisis de legitimidad juvenil. Sin embargo, al llegar al Zócalo pasadas las 13:00 horas, un grupo conocido como “Bloque Negro” –encapuchados con herramientas como alicatas y esmeriles– tomó la iniciativa y comenzó a golpear y jalar las vallas de tres metros de altura instaladas por el gobierno federal para proteger el histórico inmueble.












Videos virales capturaron el momento preciso: con cuerdas improvisadas y martillos, los jóvenes derribaron al menos 10 a 12 secciones metálicas en la calle Pino Suárez y al costado derecho del Palacio, abriendo brechas que permitieron a decenas escalar las estructuras restantes. “¡Policía escucha, esta es tu lucha!”, gritaban algunos manifestantes en un intento por unir fuerzas, mientras otros bailaban sobre las placas caídas al ritmo de “Gimme the Power”. Pero la respuesta policial fue inmediata y contundente: elementos antimotines, respaldados por 800 uniformados desplegados, formaron un “muro humano” con escudos y lanzaron nubes de gas lacrimógeno, polvo de extintores, piedras y hasta esferas en llamas para replegar a la multitud. La confrontación se volvió cuerpo a cuerpo –golpes, empujones y pedradas–, con reportes de agresiones directas contra civiles desprotegidos, incluyendo a una mujer policía herida en el rostro.
Otros asistentes a la marcha, entre ellos personas mayores y familias conmemorando a Manzo –cuya abuela participó visiblemente emocionada–, repudiaron los “actos de violencia” que, a su juicio, demeritaban la protesta original. “Vinimos por paz, no por esto”, se escuchó en consignas divididas. La tensión se extendió por una hora, afectando vialidades en calles aledañas como Madero y 5 de Mayo, y obligando al Metro a cerrar accesos al Zócalo temporalmente. Hacia las 15:00 horas, negociaciones improvisadas entre manifestantes y policías lograron una tregua momentánea, con aplausos mutuos y apretones de manos a través de los escudos, pero la plaza quedó bajo control policiaco al atardecer, con grafitis en monumentos cercanos y vidrios rotos en comercios como secuela.
El epicentro en la Ciudad de México no fue un hecho aislado, sino el reflejo de un descontento nacional que se replicó en al menos 20 ciudades del interior del país. En Guadalajara, unos 2,000 jóvenes marcharon pacíficamente hacia la Plaza de Armas exigiendo justicia por Manzo, sin incidentes mayores; en Monterrey, el contingente de 1,500 participantes se concentró en el Macroplaza con performances artísticos inspirados en “One Piece”, destacando la influencia de movimientos juveniles indonesios y nepalíes. Mérida vio una de las movilizaciones más coloridas, con 800 asistentes portando sombreros blancos y murales callejeros contra la corrupción, mientras que en Puebla y Tijuana se reportaron concentraciones de hasta 1,000 personas cada una, enfocadas en demandas locales de seguridad. En Uruapan, epicentro del luto por Manzo, la marcha simbólica de 500 habitantes cerró con una vigilia silenciosa frente al palacio municipal. En total, la jornada nacional reunió a decenas de miles, consolidando a la Generación Z como una fuerza imparable que, pese a los disturbios capitalinos, priorizó la no violencia en el resto del territorio, dejando un llamado urgente a reformas que escuchen la voz de los nacidos después de 1997.



