General Motors cambia de rumbo: ¿Fin de la era del nearshoring en México?
Esta noticia llega en un momento crítico para México, donde la administración de Claudia Sheinbaum enfrenta desafíos para mantener el flujo de inversión extranjera.
CDMX.- General Motors (GM) ha anunciado un giro significativo en su estrategia de producción al decidir trasladar la fabricación de dos modelos desde México a Estados Unidos, invirtiendo 4,000 millones de dólares en tres plantas estadounidenses. Esta decisión no solo refleja una respuesta a las amenazas arancelarias provenientes de Estados Unidos, sino también un esfuerzo por fortalecer la manufactura doméstica en un contexto de reconfiguración de cadenas de suministro globales.
Desde finales de la década de 1970, las automotrices estadounidenses, incluyendo GM, han apostado por México como un destino clave para la producción, atraídas por costos laborales más bajos y acuerdos comerciales como el TLCAN y su sucesor, el T-MEC. Sin embargo, este reciente movimiento marca un punto de inflexión, posiblemente impulsado por la presión política y económica de la administración estadounidense, así como por la necesidad de adaptarse a un panorama donde el nearshoring está siendo reevaluado.
Esta noticia llega en un momento crítico para México, donde la administración de Claudia Sheinbaum enfrenta desafíos para mantener el flujo de inversión extranjera. A pesar de los esfuerzos por posicionar a México como un destino atractivo, decisiones como la de GM podrían señalar una erosión de la confianza de los inversionistas, especialmente en un contexto donde las relaciones comerciales con Estados Unidos están en constante revisión. La pregunta que surge es si este es un caso aislado o el comienzo de un repliegue generalizado de la producción automotriz hacia suelo estadounidense, lo que podría redefinir el rol de México en la industria global.