Gerardo Ortiz evade cárcel al testificar contra su exmánager y colaborar con el FBI en caso de nexos con el CJNG
El cantante se declaró culpable de transacciones financieras y pagó una fianza de 10 mil dólares
CDMX.- Gerardo Ortiz, el célebre cantante de narcocorridos conocido por sus letras que glorifican el mundo del crimen, ha evadido la cárcel tras un giro inesperado: testificar contra su exmánager, José Ángel del Villar, y colaborar con el FBI. Según documentos judiciales, Ortiz se declaró culpable de realizar transacciones financieras con Gallística Diamante, una empresa vinculada al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), señalada por el Departamento del Tesoro de EE.UU. como fachada para lavar dinero. Esto ocurrió durante una serie de conciertos en 2018, donde Ortiz y Del Records embolsaron cerca de 1.5 millones de dólares.
El caso destapa una red de lavado de dinero tejida a través de la industria del entretenimiento, con Del Villar, CEO de Del Records, como pieza central. Arrestado en 2022, enfrenta ahora una posible condena de seis años y medio, mientras Ortiz, tras pagar una fianza de 10 mil dólares, negocia su libertad a cambio de su testimonio. ¿Un arrepentimiento genuino o una jugada calculada para salvarse? El cantante admitió ante el FBI haber sido “presionado” para continuar con los eventos, pese a advertencias previas, lo que levanta dudas sobre su grado de involucramiento.
El fenómeno de los narcocorridos, que Ortiz encarna con éxitos como “Fuiste Mia”, lleva años bajo escrutinio. Si bien algunos defienden su valor cultural, este caso reaviva el debate: ¿hasta qué punto esta música normaliza el narco y sus redes? La decisión del FBI de usar a Ortiz como testigo clave, evitando su juicio, podría interpretarse como un pragmatismo judicial, pero también como un precedente peligroso que blanquea la responsabilidad de figuras públicas en el crimen organizado. Mientras Del Villar aguarda su audiencia el 15 de agosto en California, la industria musical mexicana queda en el ojo del huracán, cuestionada por sus lazos con un submundo que, al parecer, no solo inspira canciones, sino que financia carreras.