¿Golpe letal o escalada peligrosa? EE.UU. ataca lancha venezolana y mata a 11 narcos
Marco Rubio advierte a cárteles sobre un "duro despertar" y promete emplear "todo el poder de América" para combatir el narcotráfico
Florida.- En un movimiento que eleva las tensiones en el Caribe, el ejército estadounidense destruyó este martes una lancha procedente de Venezuela cargada con drogas, matando a 11 presuntos miembros del Tren de Aragua, grupo designado como organización terrorista por Washington. El presidente Donald Trump lo anunció en vivo desde la Oficina Oval, calificándolo como un "aviso" a cualquiera que intente traficar estupefacientes hacia EE.UU., y compartió un video del impacto en Truth Social.
Marco Rubio, secretario de Estado, advirtió desde Florida que los cárteles enfrentan un "duro despertar", prometiendo usar "todo el poder de América" para erradicarlos, sin importar su origen o impunidad pasada. Según Rubio, las drogas –probablemente cocaína y fentanilo– iban rumbo a Trinidad y Tobago o algún punto caribeño, desestabilizando la región. Esta acción se enmarca en la reciente despliegue de buques de guerra estadounidenses cerca de Venezuela, parte de una ofensiva contra carteles latinoamericanos ordenada por Trump en julio, que incluye designaciones terroristas y un aumento de la recompensa por Nicolás Maduro a 50 millones de dólares por presuntos lazos con el narcotráfico.
Pero ¿es esto un triunfo real o solo teatro geopolítico? Caracas denuncia una "amenaza criminal" y posible pretexto para un cambio de régimen, con Maduro movilizando tropas costeras y acusando a halcones como Rubio de buscar sangre venezolana. Históricamente, intervenciones como esta –inusuales al optar por destrucción letal en vez de intercepción– recuerdan la fallida "guerra contra las drogas" de décadas pasadas, que no han frenado el flujo impulsado por la demanda estadounidense. Mientras Tren de Aragua expande su violencia en EE.UU., expertos cuestionan si bombardeos resolverán un problema estructural, o solo avivarán conflictos regionales. La Casa Blanca defiende la legalidad bajo autoridad antiterrorista, pero el silencio sobre la cantidad de drogas halladas deja dudas sobre la proporcionalidad del golpe.