¿Guerra de amparos o estrategia política? Ávila acusa al PRI de atacar a los hijos de AMLO
Arturo Ávila señaló que los amparos de Gonzalo y Andrés Manuel López Beltrán buscan desprestigiarlos, en medio de investigaciones por "huachicol fiscal"
CDMX.- El senador de Morena, Arturo Ávila, lanzó este jueves una acusación explosiva: el PRI estaría detrás de los amparos solicitados por Gonzalo y Andrés Manuel López Beltrán, hijos del expresidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), como parte de un supuesto plan para desprestigiarlos. La declaración, llega en un momento de alta tensión política, cuando las investigaciones sobre una red de “huachicol fiscal” han puesto a los hijos de AMLO bajo el reflector.
Ávila no presentó pruebas concretas en su intervención radial, limitándose a asegurar que su partido tiene “elementos” para respaldar la teoría, lo que deja más preguntas que respuestas. El contexto es clave: el 16 de septiembre, un juez federal en Zacatecas otorgó una suspensión a los hermanos López Beltrán contra posibles órdenes de aprehensión, un caso que ya generó controversia tras la negación del abogado supuesto promotor, Francisco Javier Rodríguez Smith, quien denunció una usurpación de identidad.
¿Coincidencia o maniobra orquestada? El PRI, por su parte, rechazó las acusaciones a través del senador Pablo Angulo, quien calificó a Ávila de “gran mentiroso” y defendió a su partido, señalando que Morena tiene vínculos más directos con el escándalo del huachicol.
La narrativa de Ávila parece un intento de desviar la atención de las serias acusaciones que pesan sobre los hijos de AMLO, vinculados en reportes periodísticos a una red de robo de combustible con nexos cartelizados. Sin embargo, su falta de evidencia tangible debilita su postura, mientras el PRI aprovecha para contraatacar, recordando los años de opacidad que caracterizaron su propio historial. En este juego de acusaciones cruzadas, la verdad queda atrapada entre intereses políticos, y los ciudadanos, una vez más, esperan pruebas que trasciendan las palabras. ¿Será este otro capítulo de la guerra sucia o un reflejo de las fisuras internas en el poder? El tiempo, y quizás un buen juez, lo dirá.