Gutiérrez Mancilla sacude el Congreso: "Que chinguen a su madre los tibios", exige justicia por Manzo
Legislador arremete contra gobierno de Morena y llama a la acción ante la crisis de seguridad en Michoacán
CDMX.- El diputado priista Carlos Eduardo Gutiérrez Mancilla protagonizó un momento álgido en el debate del Presupuesto 2026 al exigir “justicia para Manzo” con un discurso cargado de emotividad y lenguaje provocador. Vestido con una playera que reclamaba justicia para el alcalde de Uruapan, asesinado el 1 de noviembre, lanzó un mensaje directo: “Que chinguen y rechinguen a su madre todos aquellos que son tibios, que son cómplices, los que callan”. Su intervención, aunque resonó con sectores indignados, levantó dudas sobre su intención real: ¿es un genuino llamado a la acción o una estrategia para polarizar?
El asesinato de Carlos Manzo, quien se había enfrentado abiertamente al crimen organizado, ha desatado una crisis de seguridad en Michoacán y puesto en jaque al gobierno de Claudia Sheinbaum. Sin embargo, Gutiérrez Mancilla, conocido por su perfil combativo y su cercanía a Alejandro “Alito” Moreno, parece más interesado en arremeter contra Morena que en proponer soluciones. Su discurso, que incluyó consignas como “sacar a Morena” y referencias a los “jóvenes despiertos”, suena más a estrategia partidista que a un plan legislativo concreto.
No se puede ignorar que el PRI, partido al que pertenece Gutiérrez Mancilla, tiene un historial cuestionable en materia de seguridad. Durante décadas, el tricolor fue parte de un sistema político que, en muchos casos, convivió con el crimen organizado. ¿Tiene el PRI la autoridad moral para exigir justicia ahora, cuando su propia historia está manchada por episodios de corrupción y complicidad? Su intervención, aunque emotiva, parece más un reflejo de la polarización que un paso hacia soluciones reales.
En un país donde la violencia no distingue colores partidistas, el discurso de Gutiérrez Mancilla puede ser visto como un síntoma de la frustración colectiva, pero también como un obstáculo para el consenso. Mientras los mexicanos esperan respuestas, el Congreso sigue siendo un escenario de confrontaciones más que de propuestas. Y en ese ring, Gutiérrez Mancilla parece más dispuesto a pelear que a gobernar.



