¿Hipocresía en Palacio? Sheinbaum critica corrupción en el Fonden de Peña Nieto, mientras su exdirector, ahora morenista, recibió su apoyo
José María Tapia, ex titular del Fonden, fue candidato de Morena a la alcaldía de Querétaro en 2024 tras ser señalado por irregularidades
CDMX.- Claudia Sheinbaum, presidenta de México, ha puesto bajo la lupa al extinto Fondo Nacional de Desastres (Fonden), acusándolo en dos conferencias recientes de estar inmerso en corrupción y burocracia durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, lo que dejó a miles de afectados sin ayuda tras fenómenos como los huracanes Ingrid y Manuel. Sin embargo, el caso de José María Tapia Franco, quien lideró el Fonden entre 2013 y fue captado disfrutando en Las Vegas durante esas emergencias, revela una fisura en su discurso. Tapia, exaliado de Miguel Ángel Osorio Chong, abandonó el PRI en 2023 y se sumó a Morena, partido que lo postuló como candidato a la alcaldía de Querétaro en 2024, campaña en la que Sheinbaum lo apoyó públicamente con un video y fotos.
El historial de Tapia incluye señalamientos graves. Según Mexicanos Contra la Corrupción, firmó contratos por 1,350 millones de pesos para vender ventiladores al Ejército durante la pandemia. A pesar de ello, su transición a Morena parece haber borrado las manchas del pasado. El exdiputado panista Jorge Triana ha documentado su patrimonio: dos terrenos valuados en 40 millones de pesos, 18 restaurantes y un departamento en Acapulco, bienes acumulados en poco tiempo. Este respaldo de Sheinbaum a un exfuncionario cuestionado plantea preguntas sobre la coherencia de un gobierno que promete transparencia, mientras recicla figuras del sistema que dice combatir. El mensaje es claro: el pasado turbio parece lavarse con un cambio de colores políticos.
La ironía no pasa desapercibida. Mientras el gobierno de López Obrador liquidó el Fonden por corrupción, Tapia ahora en Morena, presume bienes, impunidad y cercanía con las máximas esferas del poder. ¿Es esto un desliz político o una estrategia calculada? La respuesta podría estar en cómo Sheinbaum maneja este escándalo que, por ahora, parece más un reflejo de conveniencias que de principios.