¿Investigación o Intimidación?: Sheinbaum anuncia investigación sobre convocatoria de marcha por parte de la Generación Z
La presidenta mexicana señala que "unos cuantos mayores de edad" podrían estar detrás de la movilización prevista para este sábado en la Ciudad de México
CDMX.- La presidenta Claudia Sheinbaum anunció una investigación sobre quiénes están detrás de la convocatoria a una marcha prevista para este sábado en la Ciudad de México, sugiriendo que, aunque la Generación Z es parte de la movilización, “unos cuantos mayores de edad” —presuntamente vinculados a la oposición, como el PRI y el PAN— podrían estar impulsándola. Con un tono que oscilló entre la defensa de la libertad de manifestación y la insinuación de manipulación externa, Sheinbaum dejó entrever que la protesta podría ser orquestada por intereses políticos contrarios a su gobierno. Sin embargo, su discurso, lejos de tranquilizar, levantó más preguntas que respuestas: ¿realmente se trata de un ejercicio de transparencia o de una estrategia para deslegitimar a quienes critican su administración?
El contexto no podría ser más delicado. México vive una crisis de seguridad sin precedentes, con cifras de violencia que no cesan de subir, y la ciudadanía, especialmente los jóvenes, ha encontrado en las redes sociales una voz para exigir cuentas. Sheinbaum, heredera del legado de López Obrador, parece repetir el patrón de criminalizar la disidencia, un enfoque que ya ha sido criticado por organizaciones de derechos humanos. Mientras tanto, la promesa de investigar a los convocantes de la marcha choca con la realidad de un gobierno que ha sido reacio a transparentar sus propias acciones, como las millonarias contrataciones a empresas fantasma durante la pandemia.
La ironía no pasa desapercibida: en un país donde la libertad de expresión está consagrada en la Constitución, la mera mención de una investigación sobre un grupo de jóvenes suena a amenaza velada. Sheinbaum insiste en que “nadie está en contra de las manifestaciones”, pero el mensaje subyacente es claro: quien ose cuestionar al régimen será escrutado. En un momento en que la confianza en las instituciones está por los suelos, este anuncio no solo no apacigua las tensiones, sino que las aviva, alimentando la percepción de que el gobierno prefiere silenciar a los críticos en lugar de escucharlos. La pregunta que queda en el aire es si esta investigación será un ejercicio de rendición de cuentas o un intento más de controlar el narrative nacional.



