Israel Vallarta acusa a Adán Augusto López y Olga Sánchez Cordero de difundir información falsa sobre su caso
Exsecretarios de Gobernación afirmaron existencia de expedientes adicionales contra Vallarta, quien fue liberado tras 20 años de prisión sin sentencia
CDMX.- Israel Vallarta, liberado recientemente tras casi dos décadas de prisión sin sentencia, ha puesto en jaque a dos figuras clave del gabinete de Andrés Manuel López Obrador. En un video que circula en redes sociales, Vallarta acusa directamente a Adán Augusto López, exsecretario de Gobernación, y a Olga Sánchez Cordero, también exsecretaria de Gobernación y primera mujer en ocupar el cargo, de haber difundido información falsa sobre su caso.
Según Vallarta, ambos funcionarios aseguraron en su momento que existían otros dos expedientes en su contra, además del que lo mantuvo encarcelado. Sin embargo, el ahora libre asegura que tales expedientes nunca existieron, y que tanto López como Sánchez Cordero, quienes tenían acceso privilegiado a la información de su proceso, mintieron al respecto. "La misma Olga Sánchez Cordero lo dijo también cuando ella de primera mano era la que más sabía del proceso", afirma Vallarta en el video, acompañado por su esposa, Mary Sainz, quien ha sido una de las principales activistas en su defensa.
El caso de Vallarta no es solo una historia personal de injusticia, sino un reflejo de las fallas sistémicas en el sistema de justicia mexicano. Detenido en 2005 bajo acusaciones de pertenecer a la banda de secuestradores "Los Zodiaco", su arresto fue ampliamente cuestionado por ser parte de un montaje televisivo que incluyó a Florence Cassez, ciudadana francesa cuya liberación en 2013 tensó las relaciones entre México y Francia. A pesar de las denuncias de tortura y la falta de pruebas sólidas, Vallarta permaneció en prisión hasta que, el pasado 1 de agosto, un juzgado en Toluca dictó su absolución al no acreditarse su responsabilidad penal.
Las declaraciones de Vallarta no solo cuestionan la credibilidad de López y Sánchez Cordero, sino que también abren un debate sobre el papel de los altos funcionarios en la manipulación de información sensible. Adán Augusto, quien fue gobernador de Tabasco antes de ocupar la Secretaría de Gobernación, y Sánchez Cordero, con una trayectoria como jueza y senadora, eran figuras clave en la administración de López Obrador. Su supuesta desinformación sobre el caso de Vallarta podría interpretarse como un error grave o, en un escenario más crítico, como parte de una estrategia para justificar su prolongada detención.
La liberación de Vallarta, respaldada por medidas provisionales del Comité contra la Tortura de la ONU en 2023 y 2024, no solo marca un triunfo personal, sino también un revés para las instituciones mexicanas. Sin embargo, las acusaciones de Vallarta contra López y Sánchez Cordero quedan en el aire, sin respuesta oficial por parte de los implicados. ¿Se trató de mentiras intencionales para mantener una narrativa política, o simplemente de una falta de diligencia en la gestión de información? La verdad, como en muchos casos de justicia en México, parece estar enterrada bajo capas de opacidad y silencio.
Este episodio no solo reabre heridas en el caso de Vallarta, sino que también pone en duda la integridad de quienes, en su momento, ocuparon cargos de máxima responsabilidad en el gobierno federal. La sociedad mexicana, ya cansada de tantos casos de impunidad y manipulación, merece respuestas claras. Mientras tanto, la sombra de la duda persiste, y el legado de López y Sánchez Cordero podría quedar manchado por este nuevo capítulo de controversia.