Kim Jong Un, humillado: El desastre del Destructor Norcoreano que sacude al régimen
El destructor, bautizado como Choe Hyon, estaba diseñado para portar misiles nucleares y un avanzado sistema de radar.
Corea del Norte.- El pasado 21 de mayo de 2025, en el puerto de Chongjin, Corea del Norte vivió un bochorno que ha resonado en el escenario internacional, un destructor naval de 5.000 toneladas, pieza clave en los ambiciosos planes de Kim Jong Un para modernizar su armada, volcó durante su ceremonia de lanzamiento. Según reportes de la propia agencia estatal KCNA, el incidente ocurrió frente al líder norcoreano, quien no dudó en calificar el fallo como un “acto criminal” provocado por “negligencia absoluta e irresponsabilidad”. Las imágenes satelitales, muestran el buque de lado, cubierto con lonas azules en un intento desesperado por ocultar el desastre.
El destructor, bautizado como Choe Hyon, estaba diseñado para portar misiles nucleares y un avanzado sistema de radar, un proyecto que Kim ha impulsado como respuesta a lo que describe como “amenazas crecientes lideradas por Estados Unidos”. Sin embargo, este traspié expone las fragilidades técnicas del régimen. Expertos como Carl Schuster, citado por The Washington Post, estiman que el accidente retrasará el programa naval norcoreano varios meses, ya que tanto el casco del buque como la rampa de lanzamiento sufrieron daños severos.
El incidente también ha avivado especulaciones sobre la influencia extranjera en el diseño del buque. Fuentes surcoreanas apuntan a una posible colaboración con Rusia, aunque un informe de Business Insider cita al experto Joseph Bermudez Jr., quien aclara que no hay evidencia directa de asistencia rusa, sino más bien una probable imitación de modelos rusos. Esto pone en tela de juicio la capacidad tecnológica de Corea del Norte y plantea dudas sobre hasta qué punto sus alianzas geopolíticas pueden sostener sus ambiciones militares.
Kim, furioso, ha exigido “castigos ejemplares” para los responsables, una reacción que refleja su estilo autoritario y su obsesión por proyectar fortaleza, incluso en medio de un revés. Sin embargo, este fiasco no solo evidencia las carencias técnicas del régimen, sino también su vulnerabilidad ante el escrutinio global. Mientras el líder norcoreano busca consolidar su poder con una armada moderna, este episodio podría ser un recordatorio de que las apariencias de grandeza no siempre resisten la prueba de la realidad. ¿Podrá Kim convertir este traspié en un impulso para su agenda militar, o será otro capítulo de promesas vacías en un país marcado por la crisis económica y el aislamiento?