La Generación Z se rebela: El costo de alzar la voz en México
Video viraliza reclamo contra intimidación gubernamental. Marcha prevista para el 15 de noviembre
CDMX.- En un video que ha sacudido las redes sociales, un joven de la Generación Z, identificado como @ed.andrade.l en TikTok, lanza un mensaje directo y cargado de indignación contra la presidenta Claudia Sheinbaum. Con un tono que mezcla frustración y determinación, el joven acusa a la mandataria de exponerlo, junto con otros jóvenes, como si fueran criminales durante su conferencia matutina, simplemente por utilizar las redes sociales para invitar a una marcha prevista para el 15 de noviembre.
El video, que rápidamente se viralizó, no solo refleja el descontento de una generación que se siente silenciada, sino que también pone en el centro del debate la delgada línea entre la libertad de expresión y la seguridad personal en un país donde la crítica al poder puede tener consecuencias graves. “La responsabilizo directamente de cualquier cosa que pueda pasarme”, afirma el joven, evocando casos como el del alcalde de Uruapan, Carlos Manso, asesinado tras denunciar la corrupción y la violencia.
Este no es un reclamo aislado. La marcha de la Generación Z, anunciada para el sábado, ha sido promocionada como un movimiento apartidista, sin líderes ni financiamiento, pero con un claro objetivo: hacer visible la voz de los jóvenes en un contexto donde, según datos del periódico El País, las desapariciones de personas entre 15 y 29 años han aumentado un 73% en los últimos años. Este dato no es solo una estadística; es el trasfondo de un país donde la inseguridad y la impunidad parecen ser la norma, y donde las instituciones, en lugar de proteger, a veces exponen.
La respuesta de Sheinbaum, al mostrar imágenes de los convocantes de la marcha durante su conferencia, ha sido interpretada por muchos como un intento de intimidación, un eco de prácticas autoritarias que parecían superadas. Sin embargo, el joven en el video no se amedrenta. “No me va a intimidar”, asegura, mientras invita a la ciudadanía a sumarse a la manifestación, un acto que, más allá de las consignas, se presenta como un grito de resistencia contra un sistema que, según él, protege a los criminales y criminaliza a los críticos.
Este episodio no solo desnuda las tensiones entre el gobierno y la juventud mexicana, sino que también cuestiona el papel de las redes sociales como espacio de movilización y, al mismo tiempo, como campo de batalla para la censura. En un país donde la democracia se presume, pero la libertad de expresión se pone a prueba, el video de @ed.andrade.l no es solo un reclamo individual; es un síntoma de un malestar colectivo que, tarde o temprano, exigirá respuestas.



