La inflación aprieta el paso: México alcanza el 3.96% en abril y enciende alertas
Servicios como la telefonía móvil y las colegiaturas han contribuido a la presión inflacionaria, afectando directamente el bolsillo de las familias mexicanas
CDMX.- En un contexto de incertidumbre económica y tensiones comerciales globales, la inflación en México ha vuelto a pisar el acelerador. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) registró un incremento del 0.12% en la primera quincena de abril de 2025, llevando la inflación general anual a 3.96%. Este repunte, que supera el 3.93% de la segunda quincena de marzo, ha encendido las alarmas al situarse en el límite superior del rango objetivo del Banco de México (Banxico), establecido en 3% ± 1%. ¿Qué está impulsando este aumento y qué implicaciones tiene para los mexicanos? Un análisis crítico revela un panorama complejo, donde factores locales y externos se entrelazan.
Un repunte inesperado que desafía pronósticos
El dato de inflación sorprendió al mercado, ya que analistas consultados por Reuters anticipaban una moderación al 3.89%. Sin embargo, el INPC alcanzó los 139.484 puntos, reflejando un aumento impulsado por productos y servicios específicos. El jitomate, con un alza quincenal del 12.14%, encabezó la lista de bienes con mayor incidencia, seguido por la carne de res, cremas para la piel y la vivienda propia. Por otro lado, la electricidad, el cine y el huevo registraron bajas, gracias a ajustes estacionales en tarifas eléctricas en 18 ciudades y descensos en precios de algunos alimentos.
La inflación subyacente, que excluye productos volátiles como alimentos y energéticos, también mostró un avance preocupante: subió un 0.34% quincenal, alcanzando un 3.90% anual, frente al 3.72% de la quincena previa. Este indicador, considerado más estable para evaluar la trayectoria de los precios, sugiere que las presiones inflacionarias no son solo coyunturales, sino que podrían estar arraigándose en sectores clave como mercancías (0.47%) y servicios (0.21%). En contraste, la inflación no subyacente cayó un 0.59% quincenal, beneficiada por la baja en tarifas eléctricas, aunque los productos agropecuarios subieron un 0.60%.
Contexto económico: entre la recesión y las expectativas de Banxico
El repunte inflacionario llega en un momento delicado para México. La economía enfrenta un entorno recesivo, con un crecimiento débil agravado por tensiones comerciales, especialmente derivadas de las políticas proteccionistas de Estados Unidos bajo la administración de Donald Trump. A pesar de este panorama, Banxico ha mantenido una postura de relajación monetaria, recortando la tasa de interés en 50 puntos base en marzo de 2025, llevándola a 9%. Este movimiento, el segundo consecutivo de esa magnitud, responde a la necesidad de estimular la economía, aunque la inflación cercana al 4% podría complicar decisiones futuras.
Analistas como Jason Tuvey, de Capital Economics, sostienen que Banxico podría optar por otro recorte de 50 puntos base en su reunión del 15 de mayo, hasta el 8.50%, priorizando el débil desempeño económico sobre el repunte inflacionario. Sin embargo, esta estrategia no está exenta de riesgos. La inflación subyacente, que refleja tendencias más estructurales, está en su nivel más alto en siete quincenas, lo que podría obligar al banco central a reconsiderar su postura si las presiones persisten.
¿Qué está detrás del aumento de precios?
Varios factores explican este repunte. En el ámbito doméstico, el alza en productos agropecuarios, como el jitomate y la carne de res, refleja la volatilidad típica del sector, agravada por condiciones climáticas y costos de producción. El periodo vacacional de Semana Santa también jugó un papel, al incrementar la demanda de servicios turísticos, lo que se tradujo en mayores precios en restaurantes, fondas y taquerías, con alzas anuales de hasta 5.85%. Además, servicios como la telefonía móvil y las colegiaturas han contribuido a la presión inflacionaria, afectando directamente el bolsillo de las familias mexicanas.
A nivel externo, las tensiones comerciales globales, especialmente con Estados Unidos y China, generan incertidumbre sobre los costos de insumos importados, lo que podría seguir alimentando la inflación. Aunque el INPC de abril es menor al 4.63% registrado en el mismo periodo de 2024, el repunte continuo desde el 3.69% de enero de 2025 sugiere que México no está completamente a salvo de las presiones inflacionarias.
Impacto en los mexicanos y perspectivas a futuro
Para los consumidores, el aumento de precios en bienes esenciales como el jitomate y la carne de res, combinado con el encarecimiento de servicios básicos, representa un desafío en un contexto de estancamiento económico. Regiones como Baja California Sur, Aguascalientes y Morelos han reportado alzas más pronunciadas, lo que evidencia una distribución desigual de las presiones inflacionarias. Aunque productos como la electricidad y el huevo han ofrecido un alivio temporal, su impacto es limitado frente a los incrementos generalizados.
De cara al futuro, el comportamiento de la inflación dependerá de varios factores: la evolución de los precios agropecuarios, la política monetaria de Banxico y el desenlace de las tensiones comerciales globales. Si bien el dato de 3.96% permanece dentro del rango objetivo de Banxico, su cercanía al límite superior plantea interrogantes sobre la sostenibilidad de los recortes de tasas. Un relajamiento monetario excesivo podría avivar la inflación, mientras que una postura más restrictiva podría ahogar aún más el crecimiento económico.
Una mirada crítica: ¿está Banxico subestimando los riesgos?
La decisión de Banxico de priorizar el estímulo económico sobre el control inflacionario refleja una apuesta arriesgada. Aunque la inflación general sigue dentro del rango meta, el repunte de la subyacente y la persistencia de alzas en servicios y mercancías sugieren que las presiones podrían no ser tan transitorias como se espera. Además, la dependencia de factores externos, como los precios de los energéticos y las políticas comerciales de Estados Unidos, limita el control de México sobre su propia inflación.
En conclusión, el dato de 3.96% en la primera quincena de abril no es una catástrofe, pero sí una advertencia. México enfrenta un equilibrio delicado entre estimular una economía debilitada y contener una inflación que, aunque controlada, muestra signos de resistencia. Para los ciudadanos, el aumento de precios en productos básicos es un recordatorio de que, en tiempos de incertidumbre, el costo de vida no da tregua. Banxico deberá actuar con precisión quirúrgica en mayo para evitar que esta chispa inflacionaria se convierta en un incendio.