La ONU, un circo de hipocresía: 165 países exigen fin del "bloqueo" a Cuba, pero ignoran su dictadura
ONU aprueba por 33ª vez resolución contra embargo a Cuba, con 165 votos a favor
Nueva York.- La Asamblea General de la ONU aprobó este miércoles, por 33ª vez consecutiva, una resolución que condena el embargo económico de Estados Unidos contra Cuba. Con 165 votos a favor, solo 7 en contra y 12 abstenciones, la resolución titulada “Necesidad de poner fin al embargo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba” reafirma el apoyo internacional a La Habana. Sin embargo, esta votación no es más que un reflejo de la hipocresía y los sesgos políticos que dominan el organismo.
El voto favorable de países como China, Rusia, Venezuela y Nicaragua no sorprende, dado su historial de apoyo a regímenes autoritarios. Pero la adhesión de naciones democráticas, como España o México, plantea preguntas incómodas. ¿Acaso estas mismas democracias han exigido elecciones libres en Cuba? ¿Han condenado las violaciones sistemáticas de derechos humanos en la isla? La respuesta es un rotundo no. La ONU, que se autoproclama defensora de la paz y la justicia, parece más interesada en apuntalar narrativas geopolíticas que en abordar la realidad cubana.
Desde 1960, el embargo estadounidense ha sido criticado por su impacto en la población cubana, pero también ha servido de excusa perfecta para el régimen castrista, que culpa al “bloqueo” de todos sus males, mientras reprime a su pueblo y mantiene una economía fallida. La resolución ignora convenientemente que EE. UU. exportó más de 500 millones de dólares en alimentos y medicinas a Cuba en los últimos años, según declaraciones del embajador estadounidense Mike Waltz en la ONU. ¿Dónde está el bloqueo?”, preguntó Waltz, apuntando al verdadero problema: una dictadura que ha sumido a Cuba en la miseria.
Los 7 países que votaron en contra –entre ellos Estados Unidos, Israel y Ucrania– y los 12 que se abstuvieron, como Polonia y Rumanía, al menos reconocen la incongruencia. Polonia, por ejemplo, citó el apoyo de Cuba a la invasión rusa de Ucrania como razón para su abstención, un argumento que resuena con la realidad de un régimen que prioriza alianzas con tiranías antes que con la comunidad internacional.
En última instancia, esta votación no cambiará nada en Cuba. Ni el embargo se levantará ni el régimen castrista permitirá libertades básicas. Lo que sí queda claro es que la ONU, lejos de ser un árbitro imparcial, sigue siendo un escenario donde la retórica anticapitalista y el apoyo a dictaduras prevalecen sobre los principios de democracia y derechos humanos. Mientras tanto, los cubanos seguirán pagando el precio de esta farsa internacional.



