Maestros de la CNTE batean a Sheinbaum con su aumento salarial del 9% y su regalo de vacaciones; quieren 100% de aumento, movilización magisterial va para largo
Sheinbaum justificó el incremento argumentando restricciones presupuestales, señalando que el ajuste del 9% retroactivo al 1 de enero, más un 1% adicional a partir de septiembre.
CDMX.— La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) rechazó de manera contundente el incremento salarial del 9% anunciado por la presidenta Claudia Sheinbaum el 15 de mayo de 2025, durante la conmemoración del Día del Maestro. La CNTE, un sector históricamente combativo del magisterio mexicano, calificó el ajuste como insuficiente para atender las necesidades básicas de los docentes y muy alejado de sus demandas estructurales, que incluyen un aumento salarial del 100%. Este rechazo refleja una tensión persistente entre el gobierno y los maestros disidentes, en un contexto de inflación acumulada, precariedad laboral y promesas gubernamentales que no terminan de materializarse.
Francisco Bravo, ex dirigente de la CNTE y director de la escuela primaria Leonardo Bravo en la alcaldía Gustavo A. Madero, fue categórico: “No, definitivamente no”. Según Bravo, el salario base de un docente con una sola plaza ronda los 7 mil pesos quincenales, lo que equivale a unos 14 mil pesos mensuales antes de impuestos. Un aumento del 9% representa aproximadamente 630 pesos adicionales por quincena, un monto que, en palabras de Bravo, es “raquítico” frente al costo de vida en México. Datos del INEGI indican que la inflación acumulada de 2024 fue de 4.66%, y aunque las proyecciones para 2025 apuntan a una inflación menor (alrededor del 3.5% según el Banco de México), el poder adquisitivo del magisterio sigue erosionado tras décadas de aumentos salariales que no han compensado el alza en bienes y servicios básicos.
Bravo comparó el incremento actual con el 16% obtenido en 2024 tras intensas movilizaciones, y lo calificó como un retroceso. Más aún, evocó el aumento del 25% logrado en 1989 durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, tras una huelga nacional que marcó un hito en la lucha magisterial. Este precedente histórico subraya la capacidad de la CNTE para negociar mejoras significativas mediante la presión colectiva, pero también pone en evidencia que el aumento del 9% en 2025 está lejos de ser una conquista relevante.
Sheinbaum justificó el incremento argumentando restricciones presupuestales, señalando que el ajuste del 9% retroactivo al 1 de enero, más un 1% adicional a partir de septiembre, implica un gasto anual de 36 mil millones de pesos. Sin embargo, este discurso choca con las expectativas del magisterio, que enfrenta condiciones laborales precarias: muchos docentes trabajan con plazas únicas, sin beneficios adicionales, y en zonas rurales o marginadas donde los costos de traslado y vivienda agravan su situación económica. La falta de un plan integral para dignificar el salario docente, más allá de incrementos porcentuales, refuerza la percepción de que las medidas son paliativas y no transformadoras.
Además del aumento salarial, Sheinbaum anunció una semana adicional de vacaciones para los docentes, argumentando que el calendario escolar modificado deja poco margen de descanso. Esta medida, que no fue solicitada por los sindicatos, se basa en un análisis comparativo con calendarios escolares internacionales, según la presidenta. Sin embargo, la CNTE no ha destacado esta concesión como una prioridad, lo que sugiere que el impacto de las vacaciones adicionales es marginal frente a la urgencia de mejoras económicas.
Otro anuncio relevante fue la promesa de un decreto para reformar el proceso de movilidad docente, con el objetivo de facilitar los cambios de plantel. Este cambio busca reemplazar la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y Maestros (USICAMM), un mecanismo criticado por su rigidez y falta de transparencia. Aunque la reforma podría beneficiar a los docentes que buscan reubicarse, la CNTE no ha emitido comentarios específicos al respecto, lo que indica que su atención sigue centrada en el tema salarial.
El anuncio de Sheinbaum se enmarca en un contexto político donde el gobierno de la Cuarta Transformación busca equilibrar su discurso de justicia social con las restricciones fiscales impuestas por un presupuesto austero. La presidenta reconoció explícitamente que el aumento “no es suficiente”, una admisión que, si bien muestra autocrítica, no mitiga el descontento de la CNTE. Este sector del magisterio ha mantenido una postura crítica hacia los gobiernos de Morena, a pesar de su afinidad ideológica, debido a la percepción de que las reformas educativas y laborales no han priorizado las demandas de base.
La CNTE argumenta que el salario actual no refleja el impacto social y económico de la labor docente, un punto válido si consideramos que México invierte solo el 4.6% de su PIB en educación (según datos de la UNESCO para 2023), por debajo de países como Brasil (6%) o Costa Rica (7%). Además, el salario docente en México es de los más bajos entre los países de la OCDE: un maestro de primaria gana en promedio 16,500 USD al año (ajustado por paridad de poder adquisitivo), frente a 45,000 USD en países como Alemania o Australia.
La CNTE ha dejado claro que no aceptará medidas que considere insuficientes y ha anunciado que continuará con movilizaciones para exigir un aumento salarial que dignifique su trabajo. Esta postura es consistente con su historial de lucha, que incluye paros, marchas y negociaciones directas con el gobierno. Sin embargo, la efectividad de estas acciones dependerá de su capacidad para articular un movimiento amplio y presionar al gobierno en un momento de restricciones económicas.
En conclusión, el aumento salarial del 9% y las medidas complementarias de Sheinbaum no han logrado satisfacer las demandas de la CNTE, que ve en estas propuestas una falta de compromiso con la justicia laboral para el magisterio. Mientras el gobierno defiende su esfuerzo dentro de un marco de austeridad, los maestros disidentes mantienen su exigencia de cambios estructurales. El conflicto pone de manifiesto una brecha persistente entre las expectativas del magisterio y las prioridades del Estado, en un país donde la educación sigue siendo un pilar subvalorado.