¿Mentiras con sello oficial? Grupo Salinas contraataca y amenaza con demandas
La empresa evalúa demandas contra el gobierno federal por supuestas calumnias en contra de Ricardo Salinas Pliego
CDMX.- En un giro que enciende las alarmas sobre el uso del poder en México, Grupo Salinas, encabezado por Ricardo Salinas Pliego, anunció este miércoles que evaluará demandas legales en México y Estados Unidos contra el gobierno federal. La razón: acusan a la presidencia de lanzar calumnias y difamaciones desde la mañanera, un espacio que bajo la administración de Claudia Sheinbaum se ha convertido en un ring político. El comunicado, firmado por la empresa fundada en 1906, sostiene que estas acusaciones, supuestamente basadas en “ignorancia” sobre el mundo empresarial, esconden una persecución política más que un conflicto fiscal.
El trasfondo es delicado. Salinas Pliego, un magnate con intereses en telecomunicaciones y comercio, enfrenta presiones legales en EE.UU. por una deuda de 25 millones de dólares con AT&T, según reportes recientes. Esto ha coincidido con señalamientos desde el gobierno mexicano, que lo vinculan a evasión fiscal, un tema que la 4T ha explotado en sus mañaneras para apuntar a opositores. Sin embargo, la respuesta de Grupo Salinas plantea dudas: ¿es esta una defensa legítima o un intento de desviar la atención de sus propios problemas judiciales? El texto menciona a figuras como Adán Augusto López Hernández, exsecretario de Seguridad y coordinador de Morena, sugiriendo que el ataque tiene tintes políticos.
La movida legal anunciada no es un simple farol. Si prospera, podría exponer las líneas difusas entre crítica gubernamental y abuso de poder, un debate que resuena desde los tiempos de López Obrador, cuando las mañaneras se convirtieron en un arma de doble filo contra empresarios y medios. Pero también pone en jaque la credibilidad de Salinas, cuya fortuna y negocios han sido cuestionados por irregularidades en el pasado. ¿Habrá justicia o solo más ruido en esta guerra de declaraciones? El desenlace, tanto en tribunales como en la opinión pública, promete ser un termómetro del clima político actual.