México: El imán inversor del mundo... ¿pero con candado de certidumbre?
La IED alcanzó 41 mil millones de dólares entre julio y septiembre, un incremento de 15% anual, según datos oficiales de la Secretaría de Economía
CDMX.- En un año que ya se perfila como histórico para la economía mexicana, con una inversión extranjera directa (IED) que rozó los 41 mil millones de dólares solo en el tercer trimestre —un salto del 15% interanual y un boom del 218% en nuevas inyecciones de capital, según datos oficiales de la Secretaría de Economía—, el director general de Banamex, Manuel Romo, no escatimó elogios al país. “México es un destino único en el mundo para atraer inversiones de cualquier industria”, afirmó este lunes durante una rueda de prensa, subrayando su posición geográfica en el corazón de la mayor cadena productiva global. Bajo el mando de Marcelo Ebrard al frente de la Secretaría, el “Plan México” ha tejido una red de 277 mil millones de dólares en compromisos nacionales y foráneos, y Romo ve en esto una oportunidad de oro que, paso a paso, empieza a materializarse.
Sin embargo, el banquero no se quedó en el panegírico: para que el capital fluya sin titubeos, urgen “reglas claras y certidumbre a futuro”. Inversionistas, explicó, huyen de la incertidumbre —esa que genera la inseguridad endémica, la burocracia asfixiante o los vaivenes en tasas de interés que hoy rondan niveles altos globales—. Temas pendientes como educación y empleo, que México arrastra desde hace lustros, son el talón de Aquiles; sin ellos, el “único destino” podría diluirse en opciones más seguras para un dinero volátil y bien informado. En el horizonte internacional, las sombras de tarifas comerciales y restricciones geopolíticas acechan, recordándonos que el nearshoring, ese salvavidas post-pandemia, no es blindado.
El mensaje de Romo resuena como un llamado a la acción en tiempos de bonanza: Banamex apostará en 2026 por digitalizar operaciones, impulsar pymes y poner al cliente en el centro, pero el gobierno de Sheinbaum deberá demostrar que la certidumbre no es solo retórica. Si el récord de IED se consolida —proyectado en 43.2 mil millones de dólares para el cierre de año por analistas del propio banco—, México podría reescribir su narrativa económica; de lo contrario, corre el riesgo de que el “único” se convierta en “uno más”. La apuesta está sobre la mesa, y el tablero, como siempre, inclinado por la realidad cotidiana.



