México seguirá como principal socio comercial de EE.UU. y saldrá fortalecido del T-MEC, asegura director de Rockwell Automation
Eduardo Amaro, director regional de Rockwell Automation en México, afirmó que el país mantendrá su liderazgo comercial con Estados Unidos y ganará con la revisión del Tratado en 2026
CDMX.- En un momento en que las sombras de la revisión del T-MEC en 2026 se alargan sobre Norteamérica, Eduardo Amaro, director regional de Rockwell Automation en México, lanza un mensaje de calma estratégica: “México saldrá adelante con el Tratado comercial”. Para este ejecutivo, el país no solo mantendrá su estatus como el principal socio comercial de Estados Unidos –con un intercambio que superó los 581 mil millones de dólares en 2025, un 7.9% más que el año previo–, sino que podría ganar terreno con aranceles más bajos. Es un optimismo que contrasta con las recientes amenazas arancelarias de Washington al acero mexicano, recordándonos que la interdependencia económica no siempre es sinónimo de estabilidad política.
Rockwell, gigante de la automatización industrial con tres plantas en México –de un total de 30 globales– y más de 200 clientes en sectores clave como automotriz y minería, apuesta fuerte por el nearshoring. Amaro destaca alianzas con Microsoft para integrar IA en procesos fabriles, prometiendo no solo ahorros en huella de carbono, sino un salto competitivo. Sin embargo, el verdadero reto late en las pymes: solo el 18% de ellas cuentan con planes escalables de automatización a mediano plazo. ¿Es esto un freno o una oportunidad para que México no se quede rezagado en la cadena de valor regional?
La visión de Amaro niega el fantasma de la desocupación por robots –”hay que especializar a los trabajadores en realidad aumentada y datos”–, y ve al bloque norteamericano como “inmenso e imparable”. Pero analíticamente, esto ignora las grietas: el déficit comercial de EE.UU. con México alimenta discursos proteccionistas, y la revisión del T-MEC podría endurecer reglas laborales o ambientales, forzando ajustes dolorosos. México, vital para la economía regional, necesita más que fe; urge diversificar alianzas para no depender tanto de un vecino impredecible.
En resumen, mientras Amaro pinta un futuro de ratificación y crecimiento, la realidad exige vigilancia. El T-MEC ha impulsado exportaciones mexicanas un 6.2% en el primer semestre de 2025, pero sin reformas internas, el “socio estratégico” podría convertirse en peón en el tablero geopolítico. La pregunta no es si México saldrá adelante, sino cómo blindarse para no tropezar.



