Ministra del Pueblo, ¿o del engaño? IMPI rechaza la marca de Lenia Batres y desata una tormenta de críticas
El IMPI argumentó que el uso de "Ministra del Pueblo" podría generar confusión entre los ciudadanos, al sugerir que Batres ya ha sido electa popularmente, lo cual no es el caso
CDMX.- En un nuevo capítulo de controversia que envuelve a la ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Lenia Batres Guadarrama, el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) le dio un revés rotundo al rechazar su solicitud para registrar la marca "Ministra del Pueblo". La decisión, no solo expone las ambiciones políticas de Batres, sino que también pone en evidencia las tensiones entre su imagen pública y las leyes que rigen el sistema judicial mexicano, en un momento crucial de cara a las elecciones judiciales de junio.
Un intento fallido de branding político
La solicitud de Batres, registrada bajo el número 3273206, buscaba apropiarse del término "Ministra del Pueblo" como una marca distintiva, un movimiento que, según el IMPI, violaba las disposiciones de la Ley Federal de Protección a la Propiedad Industrial. En su análisis, el organismo encontró que el signo propuesto era "susceptible de engañar al público e inducir a error" respecto a las características del cargo que Batres ostenta. Según el artículo 96 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, los cargos de ministros de la SCJN deben ser electos de manera libre, directa y secreta por la ciudadanía, un requisito que Batres aún no ha cumplido, ya que su nombramiento en diciembre de 2023 fue una designación directa del presidente Andrés Manuel López Obrador tras la renuncia de Arturo Zaldívar.
El IMPI argumentó que el uso de "Ministra del Pueblo" podría generar confusión entre los ciudadanos, al sugerir que Batres ya ha sido electa popularmente, lo cual no es el caso. Además, la solicitud incurre en prohibiciones específicas de los artículos 12, 173 fracción XV y 178 de la Ley Federal de Protección a la Propiedad Industrial, que prohíben el registro de marcas que puedan inducir a error o que no sean distintivas. Este no es un caso aislado: estudios internacionales, como uno publicado por ClearTax en 2024, señalan que las leyes de propiedad industrial suelen rechazar términos descriptivos o engañosos para evitar ventajas injustas en el mercado, un principio que el IMPI aplicó con rigor en este caso.
Contexto político: una ministra bajo fuego
Lenia Batres, conocida por su cercanía al partido Morena y su postura afín al oficialismo, no es ajena a la polémica. Desde su llegada a la SCJN, ha sido blanco de críticas por acciones que algunos consideran poco profesionales. Por ejemplo, el pasado 12 de marzo de 2025, Batres abandonó una sesión de la Corte sin quorum, lo que paralizó la resolución de 30 casos pendientes, según reportes de la propia SCJN. Este incidente, sumado a su activa campaña para las elecciones judiciales de junio de 2025, ha alimentado el debate sobre su idoneidad como ministra y su compromiso con la imparcialidad que exige el cargo.
La solicitud de la marca "Ministra del Pueblo" no es un hecho aislado, sino parte de una estrategia más amplia de Batres para posicionarse de cara a los comicios judiciales. El 30 de enero de 2025, la ministra había solicitado al Instituto Nacional Electoral (INE) que dicho apodo apareciera junto a su nombre en la boleta electoral, argumentando que buscaba evitar "mal uso" de su imagen. Sin embargo, su intensa promoción en redes sociales y giras por diversos estados, acompañada de otras ministras afines a Morena como Yasmín Esquivel y Loretta Ortiz, ha sido señalada como una violación a las normas que prohíben precampañas para las elecciones judiciales.
Reacciones: burlas y cuestionamientos éticos
La decisión del IMPI desató una avalancha de reacciones en redes sociales, muchas de ellas cargadas de sarcasmo y críticas. Usuarios de X, como @Diego05062002, señalaron la falta de preparación de Batres: "Esta señora quiere dirigir la Suprema Corte y ni siquiera tiene noción de lo que se necesita para registrar una marca". Otros, como @jcarlosdr05, se mofaron preguntando si el apodo "Ministra burra" aún estaba disponible para registro, un hashtag que rápidamente ganó tracción bajo #MinistraBurra. Las críticas no solo apuntaron a su desconocimiento legal, sino también a su ética, con comentarios como el de @DavidTo96152880, quien lamentó que una ministra de la SCJN no comprenda las leyes de propiedad intelectual: "Qué vergüenza".
Un reflejo de tensiones más profundas
El caso de Lenia Batres no puede entenderse sin el contexto de la reforma judicial impulsada por Morena, que busca transformar el Poder Judicial mediante elecciones populares para casi 900 cargos, incluyendo ministros de la SCJN. Esta reforma, aprobada tras el arrasador triunfo del partido en las elecciones de 2024, ha generado fricciones entre el oficialismo y los jueces, quienes ven en la enmienda una amenaza a su independencia. Batres, como una de las figuras más visibles de esta transición, encarna estas tensiones: su intento de apropiarse del término "Ministra del Pueblo" parece más un esfuerzo por construir una narrativa política que una estrategia legalmente fundamentada.
¿Qué sigue para Batres?
Con el rechazo del IMPI, Batres no solo pierde la oportunidad de registrar su marca, sino que también enfrenta un nuevo golpe a su credibilidad en un momento crítico. Las elecciones judiciales de junio de 2025 serán un termómetro para medir su popularidad y la del proyecto de Morena en el Poder Judicial. Sin embargo, su historial reciente—desde su salida de sesiones clave hasta este fallido intento de branding—sugiere que su camino estará lleno de obstáculos, tanto legales como de percepción pública.
En un país donde la confianza en las instituciones judiciales ya es frágil, la figura de Lenia Batres se encuentra en el ojo del huracán. ¿Podrá transformar las críticas en apoyo popular, o se convertirá en un símbolo de los excesos de la reforma judicial? Solo el tiempo, y los votos, lo dirán. Mientras tanto, el IMPI ha dejado claro un mensaje: en el terreno de la propiedad industrial, no hay espacio para engaños, ni siquiera para una ministra que se autoproclama "del pueblo".