Monreal y Ávila: ¿Denuncia o cortina de humo? La extraña alianza contra Cuauhtémoc Blanco
Diputados de Morena piden a la ASF y Función Pública indagar contratos irregulares durante el gobierno de Blanco en Morelos
CDMX.- En un escenario que bien podría ser una escena de teatro político, Ricardo Monreal y Arturo Ávila, dos figuras que rara vez comparten micrófono, se presentaron juntos en la Cámara de Diputados para exigir una investigación contra Cuauhtémoc Blanco. La acusación: una red de empresas vinculadas al exgobernador de Morelos que supuestamente cobraron millones por medicinas que nunca llegaron a los hospitales. Sin embargo, detrás de esta aparente cruzada anticorrupción, surgen preguntas inevitables: ¿es este un gesto de autenticidad o una maniobra calculada?.
Monreal, conocido por su habilidad para navegar entre las aguas turbulentas de la política mexicana, no escatimó en palabras: “Si estos contratos a los cuales usted refiere se hicieron con irregularidades y quebrantaron la ley, deben llevarse hasta sus últimas consecuencias”. Palabras fuertes, sin duda, pero que contrastan con su historial de defensa a Blanco, a quien recientemente aplaudió por “honrar su palabra” al enfrentar una denuncia por intento de violación. ¿Qué cambió? ¿O es que el timing de esta denuncia responde más a las tensiones internas en Morena que a un repentino despertar ético?.
Al lado de Monreal, Ávila, el vocero de Morena que solía ser la voz de la defensa a ultranza de su partido, ahora parece más un espectador incómodo que un aliado convencido. Su presencia en el estrado, con una expresión que oscila entre la seriedad y la incomodidad, levanta sospechas. ¿Acaso Ávila, quien ha sido criticado por su cercanía con figuras controversiales como Adán Augusto López, busca limpiar su imagen ante la opinión pública? O peor aún, ¿es esta una distracción para desviar la atención de otros escándalos que involucran a la cúpula morenista?.
El contexto no ayuda. La Auditoría Superior de la Federación (ASF) ya había documentado cómo el gobierno de Blanco entregó 323 millones de pesos a empresas ligadas a un consejero estatal de Morena, dejando a pacientes de 238 hospitales y clínicas sin medicinas ni servicios básicos. Sin embargo, esta información no es nueva. ¿Por qué Monreal y Ávila deciden actuar ahora? La respuesta podría estar en las tensiones internas del partido, donde figuras como Blanco, que ya no cuentan con el mismo peso político, se convierten en chivos expiatorios convenientes.
Además, no podemos ignorar que esta denuncia llega en un momento en que Morena enfrenta críticas por su manejo de la corrupción. La promesa de “no proteger a nadie” que Monreal repite en el video suena más a un intento de limpiar la imagen del partido que a un compromiso real. Después de todo, ¿dónde estaban estas voces cuando otros casos de corrupción dentro de Morena pasaron desapercibidos?
En resumen, la denuncia contra Cuauhtémoc Blanco podría ser un gesto de rendición de cuentas, pero también huele a una jugada estratégica. Monreal y Ávila, dos actores con agendas propias, se unen en un momento que beneficia más a sus intereses políticos que a la lucha contra la corrupción. La pregunta que queda en el aire es: ¿quién será el próximo en caer? O mejor aún, ¿quién se salvará? Porque en la política mexicana, rara vez las cosas son lo que parecen.