Morena quiere sacar a Sheinbaum para poner a un López Obrador en 2027
Anaya propone incluir a gobernadores en la consulta y exige elecciones abiertas si Sheinbaum es revocada
CDMX.- Ricardo Anaya, senador panista, lanzó una acusación explosiva: Morena planea adelantar la revocación de mandato de Claudia Sheinbaum a 2027 no por un genuino interés democrático, sino para removerla y colocar a un López Obrador en el poder. Según Anaya, el miedo a perder apoyo por la creciente inseguridad habría llevado a Morena a esta jugada, que incluiría a Sheinbaum en la boleta solo para revocarle el mandato y allanar el camino para una sucesión familiar. Este tipo de acusaciones no son nuevas; la revocación de mandato, impulsada por López Obrador, ha sido vista como un mecanismo susceptible a manipulaciones partidistas, como lo mostró la consulta de 2022, criticada por su baja participación y uso de recursos públicos.
Anaya no se queda en la crítica; propone que, de avanzar esta consulta, se incluyan también a los gobernadores, muchos de los cuales, asegura, tienen vínculos con el crimen organizado. Además, exige que, si Sheinbaum es revocada, no sea el Congreso quien designe a su sucesor, sino que se convoquen elecciones abiertas. Sin embargo, estas acusaciones chocan con la realidad: Sheinbaum goza de una aprobación superior al 70%, según encuestas recientes, lo que contradice la idea de una caída libre en su popularidad. Aún así, la percepción de inseguridad sí ha aumentado, y esto podría estar erosionando su capital político.
El contexto interno de Morena también alimenta la suspicacia. Las tensiones entre Sheinbaum y otras figuras del partido, como Adán Augusto López y Ricardo Monreal, han sido evidentes, y la ausencia de Monreal en reuniones clave sugiere una lucha interna por el control. Aunque no hay pruebas concretas de un plan para colocar a un López Obrador en la presidencia, la posibilidad no puede descartarse en un entorno donde la lealtad partidaria a menudo prevalece sobre los intereses del país. Anaya, con su retórica desafiante, parece apostar a que esta narrativa resuene en un electorado frustrado, pero también corre el riesgo de legitimar un mecanismo que muchos ven como un circo político. En última instancia, el pueblo mexicano será el árbitro final, y el resultado podría ser tan impredecible como las intenciones que lo motivan.



