No todas las heroínas llevan capa: Adriana, físico-matemática con discapacidad, desafía barreras laborales en México con resiliencia
A pesar de la discriminación y la falta de oportunidades, Adriana sostiene a su familia vendiendo dulces, inspirando con su perseverancia
CDMX.- En medio de la lluvia, bajo un techo improvisado, Adriana, una joven físico-matemático con discapacidad motriz, comparte su historia con una mezcla de determinación y vulnerabilidad que conmueve. "No todas las heroínas llevan capa, algunas caminan con muletas", reza el mensaje que acompaña su imagen, y no podría ser más acertado. Su relato, capturado en un video viral, no solo pone en relieve las barreras que enfrenta diariamente, sino también su incansable lucha por superarlas.
Adriana, nacida en la Ciudad de México y criada en el Estado de México, es un ejemplo de resiliencia. A pesar de haber estudiado una carrera exigente como la físico-matemática, se enfrenta a un mercado laboral que, a menudo, cierra las puertas debido a prejuicios. "No gracias, no puedo tener a una persona con discapacidad porque es mucho riesgo", le han dicho en más de una ocasión. Sin embargo, lejos de rendirse, ha encontrado en la venta de dulces una manera de sostener a su familia, que incluye a su hija y a su esposo, quien también vive con una discapacidad visual.
Su historia no es aislada. Según datos del INEGI, en México, el 6.1% de la población tiene alguna discapacidad, y muchos de ellos enfrentan barreras para acceder a oportunidades laborales. La discriminación, sumada a la falta de infraestructura inclusiva, convierte la búsqueda de empleo en un desafío monumental. Sin embargo, Adriana no se limita a lamentarse. "Es difícil, pero no imposible... las limitaciones las pone uno mismo", afirma con una fuerza que inspira.
Lo que hace a su historia particularmente conmovedora es su capacidad para transformar las adversidades en lecciones de vida. Su mensaje no solo es un llamado a la empatía, sino también a la acción. En un mundo donde las oportunidades a menudo se miden por la apariencia o la capacidad física, Adriana recuerda que el verdadero valor reside en la perseverancia y la dignidad.
Esta no es solo la historia de una mujer luchando contra las circunstancias; es un recordatorio de que la heroicidad se encuentra en los actos cotidianos de resistencia. Mientras la lluvia cae, Adriana sigue adelante, demostrando que, a veces, las capitanas de su propio destino no necesitan capas, solo muletas y un corazón indomable. Su historia es un faro de esperanza en un mar de desafíos, y un llamado a que todos hagamos nuestra parte para construir un mundo más inclusivo.