Noroña, el ateo con keffiyeh: ¿Buscando paz o protagonismo en Italia?
Vestido con una keffiyeh palestina, como si fuera el embajador honorario de Gaza en México, Noroña habló sobre racismos, intolerancias religiosas y el sufrimiento en Palestina.
Italia.- Ah, Gerardo Fernández Noroña, el político mexicano que nunca deja de sorprendernos. Esta vez, el hombre que parece tener más poses que un modelo de pasarela, decidió aparecer en la Segunda Conferencia Parlamentaria sobre Diálogo Interreligioso en Italia, confesando ser ateo. Sí, leyeron bien, un ateo en un evento sobre diálogo interreligioso. ¿Ironía? ¿Coherencia? ¿O simplemente Noroña siendo Noroña?
Vestido con una keffiyeh palestina, como si fuera el embajador honorario de Gaza en México, Noroña habló sobre racismos, intolerancias religiosas y el sufrimiento en Palestina. Su discurso, lleno de buenas intenciones (o al menos eso dice él), abogó por la paz y la coexistencia. Pero, ¿de verdad cree alguien que un ateo va a iluminar a los presentes sobre el diálogo interreligioso? Quizás esperaba que su keffiyeh lo convirtiera en un experto instantáneo en asuntos de fe.
No es la primera vez que Noroña se mete en líos por su apoyo a Palestina. Recibió una keffiyeh de la embajadora palestina en México, y ahora parece que decidió llevar su amor por la causa a un nivel internacional. Pero, ¿qué hace un ateo en un evento donde se supone que se habla de religiones? ¿Acaso esperaba que los presentes dijeran: "Oh, qué sabio, incluso siendo ateo, entiende nuestras creencias"?
Las reacciones no se hicieron esperar. En X, los usuarios no perdieron la oportunidad de burlarse. "¿A qué fue? ¿A gastar dinero de los mexicanos en un viaje que no tiene sentido?" preguntaron algunos. Otros, más sarcásticos, sugirieron que quizás Noroña estaba buscando un nuevo público para su espectáculo de uno solo. Después de todo, si no puede impresionar en México, ¿por qué no intentarlo en Italia?
Ahora, vamos a lo importante: ¿estamos seguros de que este viaje se pagó con dinero público? No, no lo estamos. No tengo evidencia verificada de que así fuera, y asumirlo sería irresponsable. Sin embargo, la pregunta sigue en el aire: ¿por qué está ahí? ¿Es parte de su trabajo como diputado federal? ¿O simplemente decidió tomarse unas vacaciones pagadas a expensas de los mexicanos? Porque, vamos, no es que Noroña sea conocido por su productividad en el Congreso. Dejar botada la chamba (que no es que haga mucho, dicho sea de paso) ¿valió la pena para asistir a una conferencia sobre diálogo interreligioso?
Quizás Noroña cree que su presencia en Italia es crucial para la diplomacia mexicana, o tal vez solo quería un pretexto para viajar y seguir siendo el centro de atención. Después de todo, ¿qué mejor que un evento internacional para lucir su keffiyeh y hablar de paz, aunque sea un ateo en un mar de religiosos? La verdad es que, mientras él disfruta de estos momentos de gloria, los mexicanos nos preguntamos si no sería mejor que se quedara en México haciendo, al menos, algo productivo. Pero, hey, al menos nos dio material para reírnos un rato. ¿No es eso lo que cuenta?