Noroña, el bufón diplomático: ¿Defendiendo migrantes o avivando el fuego?
Noroña parece olvidar que las directrices del Departamento de Estado de EE. UU. no son un juego, y que sus acciones podrían tensar aún más las ya frágiles relaciones México-Estados Unidos.
CDMX.- Ah, Gerardo Fernández Noroña, el senador mexicano que parece disfrutar más de sus propios chistes que de la seriedad de la diplomacia. En un despliegue de arrogancia digna de un reality show, Noroña no solo se burla de la propuesta del senador estadounidense Eric Schmitt de imponer un arancel del 15% a las remesas —porque, claro, reírse de las amenazas económicas es la mejor estrategia, ¿verdad?— sino que también aplaude los disturbios migratorios en Los Ángeles como si fuera el director de casting de una película de acción. "Muy poderosa", dice, refiriéndose a una imagen de un migrante en una motocicleta con una bandera mexicana. Sí, porque nada grita "diplomacia" como celebrar la anarquía en suelo extranjero.
Mientras tanto, en el mundo real, el presidente Trump ha desplegado 2,000 tropas de la Guardia Nacional en Los Ángeles para lidiar con las protestas violentas durante operaciones de deportación, un claro indicio de que la paciencia de EE. UU. con la migración ilegal está llegando a su límite. Pero Noroña, en su infinita sabiduría, prefiere jugar al héroe desde la comodidad de su silla en el Senado mexicano, ignorando convenientemente que sus palabras podrían tener consecuencias para millones de mexicanos que dependen de esas remesas. ¿Acaso no se da cuenta de que avivar el fuego con gasolina, como él mismo lo describe, no es una estrategia, sino un suicidio diplomático?
Las redes sociales, por supuesto, no han perdido tiempo en exigir la revocación de su visa estadounidense, y francamente, no es para menos. Interferir en los asuntos internos de otro país y luego reírse de las repercusiones es el colmo de la irresponsabilidad. Noroña parece olvidar que las directrices del Departamento de Estado de EE. UU. no son un juego, y que sus acciones podrían tensar aún más las ya frágiles relaciones México-Estados Unidos. Pero claro, para él, todo es un circo, y él es el payaso principal. ¿Solidaridad con los migrantes? Tal vez. ¿Desafío diplomático? Definitivamente. ¿Estrategia inteligente? Ni de broma.