Noroña, el crítico que ni a los suyos perdona: Andy, tu carta es malísima y ni parece tuya, dice el gran inquisidor morenista
Fernández Noroña cuestiona estilo y autenticidad del texto, generando tensión interna en Morena
CDMX.- En un despliegue de crítica que ni el mismísimo Don Quijote hubiera soñado, Gerardo Fernández Noroña, el autoproclamado guardián de la pureza morenista, ha decidido que la carta de Andrés Manuel López Beltrán sobre su viajecito a Japón no solo es "malísima", sino que hasta duda que la haya escrito el mismo Andy. Sí, amigos, en el mundo de Morena, hasta los suyos se revientan entre sí con la misma pasión con la que un telenovela mexicana destroza corazones.
Noroña, rodeado de micrófonos como si fuera el centro de un circo mediático (y en realidad lo es), soltó la bomba: "Yo francamente no le veo que sea su estilo, vamos a esperar a que él diga si esa carta la hizo o no y ya si él dice que la hizo entonces opino. De cualquier manera, sea quien sea que lo haya hecho, es malísima." Ah, la sutileza de Noroña, comparable solo a un elefante en una tienda de cristales.
Claro, esto no es solo un rifirrafe entre compadres. Es un síntoma de lo que muchos ya ven viniendo: el obradorismo heredado se está desmoronando como un castillo de naipes en un vendaval. Mientras Andy intentaba justificar sus vacaciones de lujo con una carta que, según Noroña, ni parece suya, el resto del país se pregunta si en Morena todavía creen en ese discurso de austeridad que tanto pregonaban. Porque, vamos, si ni el propio Noroña se traga la carta, ¿quién lo hará?
Y es que no es para menos. Andy, el hijo del mesías tropical, se fue a Japón a gastarse una fortuna en hoteles y vuelos, mientras el pueblo sigue sufriendo la crisis económica que, ironías de la vida, su padre ayudó a profundizar. Pero no, no te preocupes, Andy lo pagó "con recursos propios". Claro, como si no supiéramos que en ese partido los "recursos propios" suelen ser más opacos que el fondo del mar.
Noroña, por su parte, no se queda atrás en el sarcasmo. Con su habitual estilo de "yo soy más puro que tú", critica a Andy como si no fuera parte del mismo engranaje que lo llevó al poder. ¿Fuego amigo? No, fuego incendiario. Porque en Morena, al parecer, la lealtad dura lo que un helado al sol.
En resumen, mientras Noroña sigue siendo el showman que todos aman odiar (o viceversa), Andy se queda con la cara de quien no sabe si defenderse o simplemente ignorar al huracán que es su compañero de partido. Y nosotros, los mortales, nos quedamos con la duda: ¿realmente Andy escribió esa carta, o es otro capítulo de la telenovela morenista donde nadie sabe quién es quién?
Porque, al final, en este circo, todos son payasos, pero solo algunos llevan la nariz roja con orgullo.