Paco Ayala de Molotov le contesta a hijo de AMLO: "De mega fan a Chairo/idiota"
El intercambio, iniciado el 3 de noviembre, suma miles de reacciones y pone en el centro la relación entre arte y política en México
CDMX.- El bajista de Molotov, Paco Ayala, encendió las redes con una réplica mordaz a José Ramón López Beltrán, hijo del expresidente Andrés Manuel López Obrador, tras un intercambio que destapa las tensiones entre el rock provocador y el discurso oficialista de la Cuarta Transformación (4T). La polémica arrancó el 2 de noviembre, cuando López Beltrán minimizó las críticas de la banda durante un concierto en el Palacio de los Deportes, afirmando que Molotov “dejó de ser relevante” y defendiendo los logros de la 4T. Ayala contraatacó con “Ya vi que nos escribió el panzón millonario!! Jaja de mega fan a Chairo/idiota! Todos los políticos absolutamente toda valen verga pero tu papá más que todo juntos!! “.
El enfrentamiento no es nuevo: Molotov, conocida por su irreverencia y letras que cuestionan el poder desde los 90, ha chocado antes con figuras políticas, como en 2010 cuando protestó contra la ley SB 1070 de Arizona junto a bandas como Jaguares. Sin embargo, esta vez el debate trasciende la música. Mientras algunos aplauden a Ayala por su valentía, otros lo ven como un intento de recuperar reflectores en un grupo cuya influencia ha decaído, según datos de plataformas como Spotify, donde su última gira no alcanzó los picos de audiencia de sus años dorados.
El término “chairo” resuena en este contexto como un arma de doble filo. Según el Diccionario del español de México, describe a quienes defienden causas progresistas sin profundidad, un golpe directo a la base de López Obrador. Las respuestas en X oscilan entre memes subidos de tono y acusaciones de traición, reflejando una polarización que va más allá de la música y toca fibras políticas profundas en un país donde la 4T sigue siendo un símbolo de esperanza para unos y de desencanto para otros.
La discusión, que sigue creciendo con más de 2,000 interacciones en pocas horas, deja preguntas abiertas: ¿es Molotov un espejo de las frustraciones sociales o un eco nostálgico de un pasado contestatario? Lo cierto es que esta batalla verbal no solo revive el legado de la banda, sino que pone en jaque la narrativa oficialista en un momento en que México evalúa el saldo de seis años de transformación.





