¡Parranda mortal! El hermano de AMLO trivializa el horror de las desapariciones en Tabasco
José Ramiro López Obrador dijo ante el Congreso de Tabasco que muchos desaparecidos “no andaban perdidos, andaban de parranda”. Tabasco acumula 4,807 denuncias activas
Tabasco.- En un discurso que ha encendido las redes y avivado el fuego de la polarización política, José Ramiro López Obrador, hermano del expresidente Andrés Manuel López Obrador y actual secretario de Gobierno de Tabasco, se mofó de la tragedia de las personas desaparecidas durante una comparecencia ante el Congreso local. Ante diputados atónitos, Ramiro justificó las discrepancias en las cifras oficiales argumentando que muchos reportes se “inflan” porque las víctimas “no andaban perdidos, andaban de parranda”, citando una vieja ranchera para rematar su chiste. El video, compartido por la ex candidata presidencial Xóchitl Gálvez, acumula miles de vistas y repudios en horas, exponiendo una vez más la desconexión de la élite morenista con el dolor colectivo.
México arrastra una hemorragia humana que no cesa: hasta noviembre de 2025, el Registro Nacional de Personas Desaparecidas reporta 133 mil 190 casos acumulados, con 13 mil 083 solo en lo que va del año, superando récords anteriores y afectando mayoritariamente a jóvenes de la Generación Z. En Tabasco, el panorama es igual de sombrío, con 4 mil 807 denuncias activas y 2 mil 46 personas aún sin rastro, según datos frescos de la fiscalía estatal. Estas no son estadísticas frías; son familias destrozadas por la violencia narco, la impunidad y un sistema judicial que, bajo el sexenio de la 4T, priorizó la austeridad sobre la búsqueda efectiva, dejando coladeras por donde se escapan responsabilidades.
La pulla de Ramiro no es un lapsus aislado, sino un síntoma de la desensibilización oficialista ante una crisis que AMLO solía despachar con “abrazos, no balazos”. Gálvez, voz opositora que aún resuena tras su derrota en 2024, lo tilda de “sin vergüenza”, y no le falta razón: en un estado gobernado por Morena, donde las desapariciones de niñas y adolescentes subieron 372% en el último año, restarles gravedad equivale a escupir sobre tumbas invisibles. Las reacciones en X van desde memes furiosos hasta llamados a la rendición de cuentas, recordándonos que la política no es un tablao, sino un ring donde el humor negro no cabe.
Este episodio obliga a preguntarnos: ¿cuántas “parranda” más se necesitarán para que el gobierno de Sheinbaum, heredero de esa retórica, impulse una comisión de verdad y reparación real? Mientras, las madres buscadoras siguen cavando en fosas clandestinas, y el país, herido, exige no chistes, sino justicia.



