Pasajero un millón del Tren Maya, festejo que oculta un fracaso multimillonario: Representa 0.2% de los 500 MMDP de inversión; 676 años para recuperar capital
Este análisis confronta el festejo del gobierno del Tren Maya contra su ínfima rentabilidad, evidenciando un fracaso económico. Además, expone la baja demanda de paquetes turísticos.
CDMX.- Con bombo y platillo, el Gobierno federal celebra hoy, 10 de abril de 2025, al pasajero un millón del Tren Maya, un hombre de 70 años que abordó el ferrocarril el pasado lunes en Mérida, según anunció Oscar Lozano Águila, director del Tren Maya, en un informe presentado el miércoles 9 de abril en Palacio Nacional. A primera vista, la cifra suena imponente, un hito que la administración de la Cuarta Transformación (4T) enarbola como prueba del éxito de su obra insignia. Sin embargo, al confrontarla con los 500,000 millones de pesos que ha costado el proyecto —según la Auditoría Superior de la Federación (ASF)—, la celebración se derrumba: ese millón de pasajeros, alcanzado en 15 meses, representa apenas el 0.2% de la inversión, con ingresos estimados en 1,000 millones de pesos por boletos. A este ritmo, recuperar el costo total tomaría más de 676 años, un cálculo que expone la cruda realidad de un tren que promedia 2,222 viajeros diarios, lejos de los 8,200 soñados por Andrés Manuel López Obrador o los 3,287 ajustados por Claudia Sheinbaum. Lejos de ser un triunfo, este millón evidencia el fracaso de una mega obra que, por ahora, parece más un monumento al despilfarro que el motor de desarrollo prometido para el sureste.
El ambicioso proyecto del Tren Maya, una de las obras insignia del gobierno de la autodenominada Cuarta Transformación (4T), enfrenta un panorama desalentador en sus primeros 15 meses de operación.
Paquetes turísticos: una demanda que no despega
Los paquetes turísticos promovidos por el Gobierno federal, que integran traslados en la aerolínea Mexicana y el propio tren, han registrado una afluencia promedio de apenas dos personas por día, según un informe presentado el 9 de abril de 2025 en Palacio Nacional. Estos datos, sumados a la brecha entre las expectativas oficiales y la realidad operativa, invitan a un análisis crítico sobre su rentabilidad y utilidad frente a los millonarios costos que ha implicado.
El paquete "Ruta de las Maravillas", que incluye hospedaje, vuelos desde el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) y recorridos en el Tren Maya por Mérida, Chichén Itzá y Valladolid, apenas atrajo a 138 personas entre el 26 de diciembre de 2024 y el 11 de marzo de 2025. Esto equivale a un promedio de 1.8 usuarios diarios durante ese periodo. En términos concretos, se rentaron solo 64 habitaciones en hoteles operados por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), se vendieron 552 boletos del Tren Maya y 276 de Mexicana.
Por su parte, el paquete "Mares y Lagunas", que abarca Tulum, Bacalar y Chetumal, tuvo un desempeño aún más pobre: entre el 25 de enero y el 25 de marzo de 2025, solo 103 personas lo adquirieron, con una media de 1.7 usuarios por día. Esto derivó en la renta de 43 habitaciones, la compra de 206 boletos del Tren Maya y otros 206 de Mexicana.
Oscar Lozano Águila, director del Tren Maya, intentó poner una nota positiva al destacar la coordinación entre instituciones: "Desde diciembre de 2024 al 25 de marzo de 2025 el Tren Maya ha comercializado dos paquetes turísticos, gracias al impulso de la Secretaría de Turismo, nos ha permitido colaborar de manera coordinada a Mexicana, GAFSACOMM, Tren Maya y el AIFA". Sin embargo, las cifras hablan por sí solas: la respuesta del público ha sido mínima, lo que plantea dudas sobre la efectividad de esta estrategia para posicionar al tren como un motor turístico.
Expectativas incumplidas en la movilización de pasajeros
La operación diaria del Tren Maya también refleja un rezago significativo respecto a las metas oficiales. El ex presidente Andrés Manuel López Obrador proyectó una afluencia de 8,200 pasajeros diarios, una cifra que la actual mandataria, Claudia Sheinbaum, ajustó a 3,287. No obstante, a 15 meses de su inauguración en diciembre de 2023, el ferrocarril del sureste ha transportado a un millón de personas, lo que equivale a un promedio de 2,222 pasajeros por día. Esto representa apenas el 68% de la meta revisada por Sheinbaum y un magro 27% de la ambición original de López Obrador.
Aun así, el gobierno busca destacar logros parciales. Lozano Águila anunció que hoy, 10 de abril de 2025, se rendirá homenaje en Mérida al pasajero un millón, un hombre de 70 años que abordó el tren el pasado lunes. En el periodo del actual gobierno (octubre de 2024 a marzo de 2025), se han movilizado 543,339 personas, un promedio de 3,000 pasajeros diarios, lo que cubre el 91% de la meta trazada para 2025. Sin embargo, esto sigue siendo solo el 36% de la expectativa del sexenio anterior, evidenciando una tendencia a la baja en las proyecciones y un desafío para justificar la inversión.
Costos exorbitantes frente a resultados modestos
El Tren Maya, cuya construcción ha sido criticada por su impacto ambiental y las irregularidades en su ejecución, ha significado un desembolso colosal para las arcas públicas. Hasta octubre de 2024, el costo oficial reportado ascendía a 500,000 millones de pesos, según datos de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), aunque estimaciones independientes sugieren que la cifra real podría superar los 600,000 millones debido a sobre costos y ajustes no contemplados. Frente a esta inversión, el millón de pasajeros transportados y los escasos usuarios de los paquetes turísticos resultan insignificantes.
Hagamos un cálculo básico para dimensionar la magnitud del desafío económico que enfrenta el Tren Maya: si cada boleto cuesta en promedio 1,000 pesos (tomando como referencia tarifas publicadas para tramos como Cancún-Mérida), los ingresos por el millón de pasajeros transportados en 15 meses sumarían aproximadamente 1,000 millones de pesos. Esto equivale a menos del 0.2% del costo total reportado de 500,000 millones de pesos, según la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
Recuperación de la Inversión en unos 600 años
Si anualizamos esta tendencia, considerando que el tren ha operado 450 días (15 meses) y mantiene un promedio de 2,222 pasajeros diarios, estaríamos hablando de unos 740 millones de pesos al año por boletos simples, sin contar costos operativos ni mantenimiento. A este ritmo, recuperar la inversión inicial de 500,000 millones tomaría aproximadamente 676 años, asumiendo que los ingresos se destinaran íntegramente a ello y que no hubiera inflación, depreciación de infraestructura ni gastos adicionales —supuestos claramente irreales—. Incluso si duplicamos esa cifra a 1,500 millones anuales, incorporando ingresos por paquetes turísticos, tarifas diferenciales y un hipotético aumento de afluencia, el plazo se reduciría a unos 333 años, un horizonte igualmente inalcanzable.
Estas proyecciones, aunque simplificadas, evidencian un panorama desolador: la rentabilidad del proyecto está lejos de materializarse, y la pregunta inevitable sigue en pie: ¿vale la pena seguir destinando recursos públicos a una obra que no logra consolidarse como motor económico ni turístico, cuando su retorno financiero parece más un espejismo que una meta alcanzable?
Nuevas rutas: ¿optimismo o terquedad?
A pesar de estos resultados, el gobierno anunció el 9 de abril de 2025 el lanzamiento de 10 nuevas rutas turísticas para Semana Santa, operadas por las mismas empresas de la 4T: Mexicana, Tren Maya, Sedena y el AIFA. Estos paquetes incluyen vuelos redondos desde el AIFA, viajes en el tren, hospedaje y alimentos en hoteles de la Sedena, transporte terrestre, y accesos a zonas arqueológicas y museos. Según el informe, hasta ayer se habían vendido paquetes para 360 personas (117 familias), con 786 boletos del Tren Maya, 162 habitaciones y 700 boletos de avión reservados. Aunque estas cifras superan ligeramente a las de los paquetes previos, siguen siendo insuficientes para hablar de un repunte significativo.
Contexto y reflexión: un proyecto en la cuerda floja
El Tren Maya se concibió como una promesa de desarrollo para el sureste mexicano, una región históricamente rezagada. Sin embargo, su ejecución ha estado marcada por polémicas: desde la tala de miles de hectáreas de selva hasta la falta de estudios de impacto ambiental adecuados, pasando por los cuestionamientos sobre su viabilidad económica. Quince meses después de su arranque, los datos muestran un proyecto que no termina de despegar, ni en términos de pasajeros ni de ingresos.
El contraste entre los 500,000 millones de pesos invertidos y los magros resultados operativos invita a cuestionar si el Tren Maya es una apuesta fallida o si aún puede redimirse con ajustes estratégicos. Por ahora, las cifras no mienten: con un promedio de 2,222 pasajeros diarios y paquetes turísticos que apenas alcanzan dos usuarios al día, el "tren del pueblo" está lejos de ser la maravilla prometida. Mientras el gobierno celebra al pasajero un millón, la ciudadanía sigue esperando respuestas sobre cómo se recuperará una inversión que, hasta el momento, parece hundirse en las vías del sureste.