Playa envenenada: Chapopote ahoga 17 km de costa en Paraíso, Tabasco, y expone la negligencia ambiental
La situación ha dejado a pescadores y prestadores de servicios sin sustento, mientras señalan un posible derrame cerca de las boyas petroleras del puerto Dos Bocas como el origen del problema
Tabasco.- Un desastre ambiental ha golpeado las playas públicas de Paraíso, Tabasco, donde casi 17 kilómetros de costa han sido cerrados por una grave contaminación con hidrocarburos y chapopote. La situación ha dejado a pescadores y prestadores de servicios sin sustento, mientras señalan un posible derrame cerca de las boyas petroleras del puerto Dos Bocas como el origen del problema. Este incidente no es un caso aislado, la región tiene un historial de desastres petroleros, como el incendio de Dos Bocas en 1908, que derramó miles de barriles de crudo al mar.
El impacto ecológico es alarmante. Estudios científicos, como los realizados por Kennicutt y su equipo en la península antártica (ScienceDirect), han demostrado que los hidrocarburos aromáticos, probablemente presentes en este derrame, son altamente tóxicos para la vida marina. Inhiben el crecimiento microbiano y pueden causar daños a largo plazo en ecosistemas costeros de baja energía, como las playas de Paraíso, donde las corrientes no dispersan fácilmente los contaminantes. Esto pone en riesgo no solo la biodiversidad, sino también la salud de las comunidades que dependen del mar.



El trasfondo de esta crisis revela una problemática más profunda, la negligencia ambiental en México. Las respuestas al reporte en redes sociales apuntan a un descontento generalizado con el partido Morena, al que acusan de priorizar intereses políticos sobre la protección ecológica. A pesar de promesas de transición energética durante las elecciones de 2024 —donde Claudia Sheinbaum, candidata de Morena, abogó por polos de desarrollo sostenible (Foreign Policy, 2024)—, la realidad en regiones petroleras como Tabasco es otra. La dependencia del crudo y la falta de supervisión estricta en proyectos como la refinería Olmeca en Dos Bocas evidencian una desconexión entre el discurso oficial y las acciones concretas.



Este nuevo derrame no solo es una tragedia para Paraíso, sino un recordatorio urgente de que la apuesta por el petróleo a cualquier costo está cobrando una factura que las comunidades locales y el medio ambiente no pueden seguir pagando. ¿Hasta cuándo seguiremos sacrificando nuestras costas en nombre del "progreso"?