¿Por qué tanto pesimismo? El sorprendente ranking global de países que creen ir por mal camino
Datos globales destacan un descontento generalizado, con encuestas realizadas a más de 20,000 personas en 30 países
Francia.- Un reciente estudio de Ipsos, publicado en su informe "What Worries the World" de julio de 2025, revela un panorama inquietante: el 91% de los peruanos considera que su país va por mal camino, liderando una lista de 30 naciones donde el descontento reina. Francia (86%), Hungría (84%) y Corea del Sur (80%) le siguen de cerca, mientras que países como Singapur (19%) y Indonesia (30%) muestran un optimismo relativo. En América Latina, Perú y Chile (70%) destacan por su alta percepción negativa, alimentada por preocupaciones como la delincuencia y la corrupción, según los datos de Ipsos, que encuestó a unas 20,000 personas en todo el mundo.
A diferencia de Perú, donde la corrupción y la inseguridad alimentan un 91% de insatisfacción, o Chile (70%), México parece subestimar su descontento. Usuarios como @MunozLlagas y @GuillermoArval9 en X se preguntan por qué no se alcanza un 80% o incluso un 90%, reflejando una brecha entre la percepción popular y los datos de Ipsos, que encuestó a unas 20,000 personas. Factores como la violencia del narcotráfico, que desde 2007 ha dejado decenas de miles de homicidios, y la corrupción —con un índice de percepción de 26/100 en 2024 según Transparencia Internacional— sugieren que el malestar debería ser mayor. Sin embargo, reformas económicas y programas sociales podrían estar amortiguando la percepción negativa, aunque la desigualdad y los bajos salarios siguen siendo un lastre.
Este ranking, aunque basado en opiniones subjetivas, pone sobre la mesa una pregunta clave: ¿refleja una crisis real o una fatiga colectiva amplificada por redes sociales? Mientras países como India (36%) y Malasia (33%) mantienen la esperanza, el desánimo global sugiere que la confianza en el futuro depende menos de datos económicos y más de cómo las sociedades procesan sus desafíos. Ipsos, con más de una década de seguimiento, advierte que temas como la inmigración y la inflación siguen erosionando la fe ciudadana, un fenómeno que merece un análisis más profundo más allá de los titulares.