Prepotencia y desconocimiento: Funcionaria de Bienestar morenista en SLP se niega a ser grabada durante reclamos ciudadanos
Griselda Mezquida, coordinadora regional, argumenta violación a su privacidad en video viral
San Luis Potosí.- En un video que circula en redes sociales, Griselda Mezquida, coordinadora regional de Bienestar en la Huasteca potosina, se enfrenta a ciudadanos que le cuestionan irregularidades en los programas sociales del gobierno federal. La escena, captada en Ciudad Valles, San Luis Potosí, expone no solo la actitud prepotente de la funcionaria, sino también su desconocimiento de los derechos ciudadanos y las obligaciones de un servidor público.
Mezquida, quien asumió el cargo recientemente con el objetivo de supervisar la implementación de programas sociales, responde a los reclamos con frases como “Darles la atención, me apagas eso porque estás violentando mi integridad” y “Porque es mi privacidad y no tienen por qué violentarla”. Estas declaraciones revelan una desconexión preocupante con la realidad legal y social: como funcionaria pública, sus acciones en espacios públicos no gozan de privacidad, y los ciudadanos tienen el derecho constitucional de grabar y difundir actos de autoridad, siempre que no interfieran con sus funciones.
El contexto no ayuda a Mezquida. Recientemente, habitantes de Nezahualcóyotl denunciaron desorganización y maltrato en oficinas del Bienestar, donde personal gubernamental negó apoyos a damnificados por inundaciones, argumentando que los recursos se destinaron a Veracruz. Este patrón de respuestas evasivas y autoritarias parece repetirse, y el caso de la Huasteca potosina no es una excepción.
La reacción de Mezquida no solo es un reflejo de su propia actitud, sino también de un problema estructural en Morena: la falta de preparación y sensibilidad de algunos de sus funcionarios. En un país donde la desconfianza hacia las instituciones es alta, episodios como este erosionan aún más la credibilidad del gobierno. Si Mezquida considera que su “privacidad” está siendo violada, quizá debería reconsiderar su rol como servidora pública, donde la transparencia y la rendición de cuentas son no solo esperadas, sino exigidas.
Este incidente no es aislado. Funcionarios de Morena han sido captados en situaciones similares, desde negarse a pruebas de alcoholímetro hasta evitar preguntas incómodas en conferencias de prensa. La pregunta que queda en el aire es si el partido en el poder está dispuesto a corregir estas actitudes o si seguirá tolerando a “reyezuelos podridos”, como los calificó el tuitero que compartió el video. Mientras tanto, los ciudadanos, con sus celulares en mano, siguen siendo los principales fiscalizadores de un gobierno que parece olvidar que el poder emana del pueblo.



