¿Rescate de Pemex o negocio de Slim? La petrolera estatal se hunde en su peor crisis mientras el magnate pide apoyo privado
Con una deuda de más de 99,400 millones de dólares y una producción en caída libre, Pemex enfrenta un futuro incierto.
CDMX.- Carlos Slim, el hombre más rico del país, sorprendió esta semana al pedir la intervención del sector privado para “rescatar” a Pemex, la petrolera estatal que atraviesa una crisis sin precedentes. En un tuit acompañado de una imagen de su discurso, el magnate insistió en que “hay que encontrar una solución”, una declaración que llega en un momento crítico, las exportaciones de crudo de Pemex cayeron a 529,000 barriles por día en junio, el nivel más bajo en 46 años, según datos recientes de Bloomberg.
El llamado de Slim no pasa desapercibido. Desde 2023, su imperio empresarial ha tejido alianzas con Pemex, incluyendo una adquisición de activos petroleros por 530 millones de dólares, lo que levanta sospechas sobre un posible conflicto de intereses. Más aún, un reporte de Reuters de 2022 reveló que Pemex destinó recursos para apoyar la reconstrucción de instalaciones petroleras en Cuba, una decisión que ha drenado aún más las finanzas de la empresa, ya agobiada por una deuda que supera los 100 mil millones de dólares.
El gobierno de Claudia Sheinbaum, heredero del nacionalismo energético de su antecesor Andrés Manuel López Obrador, enfrenta un dilema. Mientras defiende la soberanía petrolera, la realidad muestra una Pemex tambaleante, con producción en picada y dependiente de figuras como Slim. ¿Es este un genuino esfuerzo por salvar a la empresa o una jugada estratégica para consolidar el poder del magnate en el sector energético? Las respuestas, por ahora, se pierden entre los números rojos y las promesas incumplidas.