¿SADS-CoV, el nuevo Frankenstein viral chino? La verdad detrás de la alarma en redes
Estudio español (agosto 2025) logra que el coronavirus porcino SADS-CoV infecte células humanas en laboratorio; no hay transmisión natural a personas
China.- Se han encendido las alarmas esta semana, afirmando que científicos chinos han “creado” en laboratorio el virus SADS-CoV mediante investigación de ganancia de función, pintándolo como una bomba biológica con potencial mortal para humanos. Esto ha sumado cientos de miles de vistas y reacciones que van desde memes apocalípticos hasta llamados a boicotear Pekín. Pero vayamos al grano: este coronavirus alfa no es un invento reciente de un laboratorio de científico loco en Wuhan. Descubierto en 2017 en Guangdong, China, tras brotes que mataron a miles de lechones por diarrea aguda –con tasas de mortalidad del 100% en crías–, SADS-CoV proviene de murciélagos y ya se sabe que infecta cerdos en varias provincias chinas, e incluso cruzó a Vietnam en 2024, según un estudio publicado en enero de 2025.
La confusión surge de un paper de agosto de 2025 que sí explora adaptaciones del spike de SADS-CoV para infectar células humanas, usando evolución experimental en virus recombinantes –técnica que huele a ganancia de función y que, irónicamente, no salió de un laboratorio chino, sino del Instituto de Biología de Sistemas Integrativos en Valencia, España, liderado por Clàudia Soriano-Tordera. Los autores identificaron mutaciones que boostean la replicación en líneas celulares humanas, advirtiendo de su “potencial zoonótico aumentado”, pero enfatizan que es investigación básica para entender saltos de especie, no un arma. En China, el foco ha sido vigilancia: un sondeo de 2024 reveló seroprevalencia del 60% en porcinos, con picos en el norte y centro del país, pero sin evidencia de transmisión humana sostenida. Aun así, revive fantasmas del COVID-19 y debates sobre bioseguridad en labs BSL-3/4.
Esta viralidad desinforma más que informa, alimentando xenofobia sin sustento –el virus es endémico en Asia desde hace ocho años, y el estudio español busca prevenir pandemias, no provocarlas. El riesgo real: sin transparencia global en GOF, como exige un informe del Congreso de EE.UU. de julio de 2025, estos experimentos podrían salirse de control en cualquier lado. Hora de invertir en vacunas porcinas y monitoreo transfronterizo, no en pánico tuitero. Si SADS-CoV salta, no será por conspiración, sino por la naturaleza misma.



