Sheinbaum defiende el legado de AMLO: ¿Honradez o retórica vacía?
La presidenta defendió el legado de honradez y austeridad de su predecesor durante un evento masivo
CDMX.- En un discurso que resonó en el Zócalo capitalino, la presidenta Claudia Sheinbaum no escatimó en elogios hacia su predecesor, Andrés Manuel López Obrador, al describirlo como “un ejemplo de honradez y austeridad”. Estas palabras, pronunciadas durante un evento masivo, forman parte de una narrativa que el gobierno morenista ha insistido en promover, pero que choca con una realidad más compleja.
Sheinbaum no solo exaltó las virtudes de López Obrador, sino que también se posicionó como su heredera política, afirmando que “nunca se apartará de sus principios”. Sin embargo, esta declaración llega en un momento en que la percepción pública sobre la honestidad del anterior gobierno está profundamente polarizada. Mientras que simpatizantes de Morena celebran las políticas de austeridad, como la reducción del salario presidencial y la apertura de Los Pinos al público, críticos apuntan a inconsistencias, como la acumulación de riqueza por parte de familiares cercanos de López Obrador, incluyendo a sus hijos, quienes han sido vinculados a negocios multimillonarios.
El discurso también incluyó un mensaje dirigido a los “conservadores”, una etiqueta que Morena ha utilizado para referirse a sus opositores. Sheinbaum advirtió que “quien traicione al pueblo, enfrenta la justicia”, una frase que, aunque suena contundente, carece de concreción en un contexto donde la impunidad sigue siendo un problema estructural. De acuerdo con reportes de Freedom House, el 90% de los crímenes en México permanecen sin denunciar, y la percepción de corrupción en las instituciones gubernamentales sigue siendo alta.
Además, el legado de López Obrador no está exento de controversias. Su administración fue marcada por intentos de reformar el sistema electoral, lo que generó tensiones con organismos autónomos como el INE, y por un enfoque en la seguridad que, aunque prometió resultados, dejó un saldo mixto. La reciente filtración de emails del Ministerio de Defensa en 2022 reveló posibles vínculos entre funcionarios y cárteles, un escándalo que sigue sin resolverse plenamente.
Sheinbaum, al afirmar que “en México el que manda es el pueblo”, parece buscar consolidar una imagen de cercanía con la ciudadanía, pero esta retórica choca con la realidad de un sistema político donde la concentración de poder en Morena ha generado preocupaciones sobre la pluralidad democrática. La interpretación de las reglas de representación proporcional, que permitió a la coalición gobernante obtener una supermayoría en la Cámara de Diputados, es un ejemplo de cómo las instituciones han sido manipuladas para favorecer al partido en el poder.
En suma, el discurso de Sheinbaum no solo busca defender un legado, sino también justificar una continuación de políticas que, para muchos, han profundizado divisiones y no han resuelto problemas estructurales. La pregunta que queda en el aire es si estas palabras son un reflejo genuino de un compromiso con la honestidad y la justicia, o simplemente una estrategia para mantener el control político en un país donde la confianza en sus líderes sigue siendo un desafío.