Sheinbaum demanda a Google por renombrar el Golfo de México: un conflicto de soberanía y cartografía
El litigio surge tras la decisión de Google de implementar el cambio de nombre en sus mapas para usuarios en Estados Unidos, siguiendo una orden ejecutiva de Trump emitida el 20 de enero de 2025
CDMX.- La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, anunció este viernes que su gobierno ha presentado una demanda contra Google por cambiar el nombre del Golfo de México a "Golfo de América" en sus mapas digitales, en respuesta a un decreto del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Este conflicto, que escaló de cartas diplomáticas a acciones legales, pone en el centro la soberanía territorial, el derecho internacional y el papel de las empresas tecnológicas en la representación de la geografía global.
El litigio surge tras la decisión de Google de implementar el cambio de nombre en sus mapas para usuarios en Estados Unidos, siguiendo una orden ejecutiva de Trump emitida el 20 de enero de 2025, que renombró el Golfo de México como "Golfo de América" en el territorio marítimo bajo jurisdicción estadounidense. Según Sheinbaum, México no cuestiona la potestad de Estados Unidos para renombrar la porción del Golfo bajo su control —aproximadamente el 46% del cuerpo de agua, que se extiende hasta 22 millas náuticas desde su costa, según el derecho marítimo—. Sin embargo, argumenta que Google ha aplicado erróneamente el nombre "Golfo de América" a todo el Golfo, incluyendo las zonas bajo soberanía mexicana (49%) y cubana (5%), violando así el principio de jurisdicción territorial reconocido por la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar de 1982.
"Lo que pedimos es simple: que Google respete el decreto estadounidense, pero solo en el territorio que le corresponde. El resto debe seguir llamándose Golfo de México, como lo reconoce la ONU desde 1607", señaló Sheinbaum en su conferencia matutina. La presidenta subrayó que el nombre "Golfo de México" no es solo una cuestión cartográfica, sino un símbolo de identidad nacional y un referente histórico con más de cuatro siglos de uso internacional.
El gobierno mexicano había enviado previamente dos cartas a Google, en enero y febrero de 2025, exigiendo que revertiera el cambio en las áreas fuera de la jurisdicción estadounidense. La respuesta de Google, firmada por Cris Turner, vicepresidente de asuntos gubernamentales, defendió la decisión de la empresa, argumentando que seguía "políticas de mapas de larga data" basadas en fuentes gubernamentales oficiales, como el Sistema de Información de Nombres Geográficos de Estados Unidos (GNIS). Google propuso mantener el nombre "Golfo de México" para usuarios en México, "Golfo de América" en Estados Unidos y "Golfo de México (Golfo de América)" en el resto del mundo, una solución que México considera insuficiente y una afrenta a su soberanía.
La demanda, cuya primera resolución está en curso según Sheinbaum, busca obligar a Google a limitar el uso del término "Golfo de América" estrictamente a la zona marítima estadounidense y restaurar "Golfo de México" en las áreas bajo control mexicano y cubano. Aunque no se especificó en qué jurisdicción se presentó la demanda —un aspecto que podría complicar el caso dado que Google es una empresa estadounidense—, expertos sugieren que México podría estar explorando tribunales internacionales o un litigio civil en Estados Unidos, donde Alphabet, la matriz de Google, tiene su sede.
El conflicto trasciende lo cartográfico y refleja tensiones geopolíticas más amplias. La orden de Trump, que también revirtió el nombre de la montaña Denali en Alaska a "Mount McKinley", ha sido vista como un gesto nacionalista que exacerba las fricciones con México en un momento delicado para las relaciones bilaterales. Sheinbaum, quien ha evitado confrontaciones directas con Trump sobre este tema, ha optado por centrar su crítica en Google, pero no sin ironía: en enero, propuso sarcásticamente que, si se siguen criterios históricos, Norteamérica debería llamarse "América Mexicana", en alusión a mapas del siglo XVII.
El caso también plantea preguntas sobre el poder de las empresas tecnológicas en la definición de narrativas globales. Google, al alinearse rápidamente con el decreto de Trump, ha sido acusado por México de actuar como un brazo de la política estadounidense, ignorando su responsabilidad como plataforma global. La decisión de la empresa de desactivar las reseñas del Golfo en Google Maps, tras una ola de críticas, no ha hecho más que avivar el descontento.
Mientras se espera la resolución judicial, el gobierno mexicano insiste en que no busca invalidar la autoridad de Estados Unidos sobre su territorio marítimo, sino defender el derecho de México a que se respete su soberanía en el escenario internacional. "Google no establece estándares internacionales; es una empresa privada, pero su influencia es enorme", afirmó Sheinbaum. La batalla por el nombre del Golfo de México no es solo una disputa cartográfica, sino un recordatorio de cómo la tecnología, la política y la soberanía se entrelazan en el siglo XXI.