Sheinbaum rechaza la retroactividad en la Ley de Amparo, pero ¿quién mueve los hilos en Morena?
Presidenta critica inclusión de artículo transitorio que contradice Constitución; Morena lo impulsó en el Senado
CDMX.- En un giro inesperado, la presidenta Claudia Sheinbaum se deslindó este jueves de la inclusión de un artículo transitorio en la reforma a la Ley de Amparo, aprobada por el Senado, que permite la retroactividad de la norma. Durante su conferencia matutina, Sheinbaum fue clara: “Hay que respetar la Constitución, que establece claramente que no debe haber retroactividad”. Sin embargo, esta declaración llega un día después de que Morena, su partido, impulsara dicha medida en el Senado, dejando en el aire una pregunta crucial: ¿quién realmente toma las decisiones en el oficialismo?
El contexto no podría ser más delicado. La reforma, promovida inicialmente por Sheinbaum, busca endurecer los requisitos para los amparos sucesivos, una herramienta que ha sido utilizada por figuras como Ricardo Salinas Pliego para dilatar juicios fiscales. Sin embargo, el artículo transitorio introducido por el senador morenista Manuel Huerta, que aplica la nueva ley a casos en trámite, contradice el principio constitucional de no retroactividad, abriendo un debate sobre la seguridad jurídica en México.
La reacción de Sheinbaum, aunque contundente, no convence del todo. Si bien afirmó que “va a ver exactamente por qué incorporaron este transitorio” y que, desde su punto de vista, “no era necesario”, su crítica parece llegar tarde. La reforma ya fue aprobada en el Senado con el respaldo de Morena, lo que sugiere que la decisión no fue tomada a espaldas de la presidenta, sino que forma parte de una estrategia mayor que ahora busca corregir públicamente.
El quid de la cuestión radica en quién impulsó esta medida. Versiones no confirmadas apuntan a Arturo Zaldívar, actual miembro del Gobierno de Sheinbaum, como el artífice del transitorio, con el argumento de que sin él, “Ricardo Salinas se iba a reír de la reforma”. Otros nombres, como Adán Augusto López o Ernestina Godoy, también han sido mencionados, lo que refleja la fragmentación interna del partido. ¿Fue una decisión unilateral de algún cercano a Sheinbaum o una maniobra calculada para luego desmarcarse?
La contradicción entre el discurso presidencial y la acción legislativa de Morena no es nueva, pero en este caso tiene implicaciones profundas. Si Sheinbaum realmente se opone a la retroactividad, tiene la herramienta del veto en la Cámara de Diputados. Sin embargo, la historia reciente sugiere que las críticas públicas suelen ser más un ejercicio de imagen que una verdadera intención de revertir decisiones. Mientras tanto, la ciudadanía y los analistas se preguntan si esta declaración es un intento de lavar las manos o un genuino cambio de rumbo.
En resumen, la reforma a la Ley de Amparo, aunque promovida por Sheinbaum, ha quedado marcada por una contradicción que expone las tensiones internas en Morena. La presidenta rechaza la retroactividad, pero el daño ya está hecho en el Senado. Ahora, solo resta ver si sus palabras se traducen en acciones concretas o si, una vez más, prevalecerá la lógica del pragmatismo político. Lo que está claro es que, en esta partida de ajedrez, no todos los jugadores parecen estar alineados.