¿Subsidios de Morena: Alivio para los pobres o blindaje electoral?
Un análisis de The Economist cuestiona el impacto real de los programas sociales de Morena, que consumen 1.2 billones de pesos en 2025, mientras se debilita la salud, la educación y las instituciones
CDMX.- En un país donde la pobreza sigue siendo una herida abierta, los subsidios incondicionales del gobierno han ganado terreno como herramienta estrella del partido Morena. Un reportaje de The Economist destapa las dos caras de esta política: por un lado, ofrecen un respiro a millones como Tania, una asistente médica de Ciudad de México que depende de estos apoyos para mantener a su hija de 14 años en la escuela y a su madre de 67 años con una pensión no contributiva. Por otro, el costo fiscal —que según datos proyectados alcanzará 1.2 billones de pesos en 2025— pone en jaque la sostenibilidad del sistema.
El análisis revela que estos programas, aunque reducen marginalmente la pobreza, se han convertido en un pilar del poder político de Morena. Con casi el 60% del presupuesto social destinado a pensiones universales y un 12% del gasto federal consumido por estas transferencias, la pregunta es inevitable: ¿se trata de un esfuerzo genuino por combatir la desigualdad o de una maquinaria electoral disfrazada? La evidencia sugiere que regiones con mayor distribución de subsidios coincidieron con victorias contundentes de la partido, como en el Estado de México, donde 1.2 millones de adultos mayores reciben pensiones.
Sin embargo, el precio es alto. La desmantelación de instituciones como el Coneval y recortes en salud y educación plantean serias dudas sobre el futuro. Expertos advierten que, sin un aumento en la productividad, estos subsidios podrían incentivar el trabajo informal y erosionar los cimientos democráticos, transformando derechos sociales en monedas de cambio político. Mientras el gobierno celebra su impacto, la balanza entre alivio inmediato y estabilidad a largo plazo sigue tambaleando. ¿Será este modelo un faro de esperanza o un castillo de naipes? El tiempo, y las urnas, lo dirán.

