Takaichi, la 'Eren Jaeger' de la política: Japón irrumpe en Riad con anime y promesas de inversión
La primera ministra japonesa, Sanae Takaichi, cerró su intervención en FII de Arabia Saudita con una referencia a Shingeki no Kyojin: “¡Cállense la boca e inviertan todo en mí!
Arabia Saudita.- En el Foro de Inversión del Futuro (FII) de Riad, la primera ministra japonesa Sanae Takaichi no escatimó en originalidad para captar la atención global. Citando una icónica frase de Eren Jaeger de Shingeki no Kyojin (Ataque a los Titanes), exclamó algo así como “¡Cállense la boca e inviertan todo en mí! Japón está de vuelta”, adaptando el grito de batalla del protagonista para urgir a los inversores a apostar por su economía. “Creo que entienden lo que quiero pedir”, remató con una sonrisa, en un gesto que ya acumula miles de vistas en redes y ha encendido debates sobre el soft power nipón. El video, compartido ampliamente, muestra a Takaichi en un panel con magnates saudíes y ejecutivos internacionales, donde subrayó la necesidad de flujos de capital para revitalizar un Japón estancado por décadas de deflación.
Takaichi asumió el cargo en octubre de 2025, tras una victoria electoral del LDP que la posicionó como la primera mujer en liderar el país en plena era post-Shinzo Abe, con un mandato enfocado en gasto fiscal expansivo y alianzas estratégicas en Oriente Medio. Este guiño al anime no es casual: Japón busca diversificar inversiones más allá de China, en un contexto de tensiones geopolíticas como las recientes declaraciones de Takaichi sobre Taiwán, que avivaron fricciones con Pekín. El FII, que reunió a líderes como el príncipe heredero saudí, es un escaparate perfecto para Tokio, cuya economía creció solo un 0,9% en el trimestre anterior, según datos del Banco de Japón.
¿Genio o gimmick? La movida de Takaichi humaniza su imagen rígida –conocida por su nacionalismo conservador– y conecta con millennials inversores, pero corre el riesgo de diluir mensajes serios en memes virales. En un mundo donde el entretenimiento manda, Japón podría ganar aliados inesperados, pero solo si las reformas fiscales prometidas materializan el “ataque” prometido. Por ahora, el tuitero global aplaude; los mercados, esperemos, sigan el ejemplo.



