Tras fracaso de Morena, Alito le dice a Noroña: “Juntas más mentadas que votos”
El pleito arrancó cuando Noroña, desde su púlpito en el Senado, decidió meterse con el PRI y su supuesto funeral electoral.
CDMX.— ¡Vaya circo político el que se armó en las cloacas de X! Alejandro ‘Alito’ Moreno, el eterno capitán del barco hundido del PRI, y Gerardo Fernández Noroña, el senador morenista con lengua de navaja, se dieron con todo en un duelo de dardos digitales que parece más un reality show que un debate entre líderes políticos. Lo que empezó como una pulla por los resultados de las elecciones locales escaló a un espectáculo de insultos, acusaciones y un nivel de sarcasmo que haría sonrojar a los mismísimos guionistas de telenovelas.
El pleito arrancó cuando Noroña, desde su púlpito en el Senado, decidió meterse con el PRI y su supuesto funeral electoral. Con la sutileza de un rinoceronte en una cristalería, tuiteó: “Me informan que @alitomorenoc convocó a una rueda de prensa a la medianoche; me imagino que va a invitarlos al sepelio de la derecha”. ¡Zas! Un golpe bajo, directo al ego de ‘Alito’, que no se quedó callado. El líder priista, con la piel más gruesa que el cuero de un rinoceronte, salió a defender a su partido como si fuera el último bastión de la decencia en México. Spoiler: no lo es.
Moreno, en un arranque de bravura digital, respondió: “Los priistas trabajamos sin descanso y damos la cara por el pueblo de México, no por los narcopolíticos como ustedes, los morenarcos. ¿O no te quedó clara la arrastrada que le pegamos a Morena en Durango? Juntas más mentadas de madre que votos en tu farsa de ‘elección judicial’”. ¡Toma tu dosis de veneno, Noroña! Aquí ‘Alito’ no solo defiende a su bancada, sino que saca el arsenal pesado, acusando a Morena de ser un nido de “narcopolíticos” y burlándose de la polémica elección judicial que, según él, es una farsa. Pero, ¿quién le cree a un partido que lleva décadas prometiendo “dar la cara por el pueblo” mientras el país se les desmorona en las manos?
No contento con eso, Moreno aprovechó el ring de X para lanzar dardos a diestra y siniestra. Apuntó contra Andy López Beltrán, el hijo de AMLO, llamándolo un operador político tan efectivo como un paraguas en un huracán. También le dio un gancho al hígado a Luisa María Alcalde, acusándola de no movilizar ni a su sombra en las elecciones. Y, como cereza en el pastel, se quejó de que Noroña lo tiene bloqueado en X. ¡Pobre ‘Alito’! ¿Qué es un líder político sin el placer de ser leído por sus enemigos?
Pero vamos al grano: ¿qué tan creíble es este show de ‘Alito’ defendiendo el honor del PRI? Hablemos claro: el PRI lleva años en el banquillo de los acusados, con un historial de corrupción que haría palidecer a cualquier culebrón político. Que Moreno se pare el cuello presumiendo la victoria en Durango es como un náufrago celebrando que encontró una tabla en medio del océano. Sí, ganaron una, pero el mapa electoral sigue pintado de guinda en muchas partes, y el PRI no es precisamente el favorito de las masas. Decir que “los priistas trabajan sin descanso” suena a chiste malo cuando el partido ha sido más conocido por sus escándalos que por sus logros.
Por otro lado, Noroña no es ningún santo. Su estilo de confrontación, con esa mezcla de burla y soberbia, no ayuda a construir un debate serio. Llamar “sepelio de la derecha” a los resultados del PRI es una provocación barata, más digna de un meme que de un presidente del Senado. Y si de verdad cree que Morena es la longevidad política de México, debería echar un ojo a las críticas internas y a las fracturas que empiezan a asomar en su propio partido.
Lo más irónico de este pleito es que, mientras ‘Alito’ y Noroña se desgarran las vestiduras en X, el país sigue lidiando con problemas reales: una economía tambaleante, inseguridad galopante y una polarización que hace que estos dimes y diretes parezcan un chisme de vecindad. Moreno hasta tuvo el descaro de pedir un “plan para reactivar la economía” en medio de su perorata, como si el PRI tuviera la fórmula mágica después de décadas de promesas vacías. Y Noroña, con su tono de profeta del obradorismo, no ofrece más que bravatas para mantener contenta a su base.
En resumen, este enfrentamiento no es más que un circo digital donde dos políticos se pelean por los restos de un pastel que ya nadie quiere. ‘Alito’ defiende un PRI que huele a naftalina, mientras Noroña presume un Morena que empieza a mostrar sus grietas. ¿El ganador? Nadie. ¿El perdedor? El pueblo de México, que sigue esperando liderazgos serios y no un intercambio de insultos en 280 caracteres. Así que, señores, guarden sus teclados y pónganse a trabajar. O, al menos, desbloquéense en X para que el drama siga. Total, el espectáculo debe continuar.