Trump corta el grifo a NPR y PBS: ¿Retribución política o reforma necesaria?
En los primeros 100 días de su segundo mandato, Trump ha utilizado poderes gubernamentales para atacar a más de 100 entidades
Washington.-En un movimiento que ha encendido las alarmas sobre la libertad de prensa, el presidente Donald Trump firmó el 1 de mayo de 2025 una orden ejecutiva para eliminar todo financiamiento federal a las emisoras públicas NPR y PBS. Trump acusa a estas organizaciones de usar fondos públicos para difundir lo que él llama “propaganda radical y partidista”.
NPR y PBS son dos organizaciones clave en el panorama mediático y educativo de Estados Unidos, ambas con un enfoque en el periodismo y la programación de interés público, financiadas parcialmente por fondos públicos y donaciones privadas.
Este paso no es sorpresivo. Ya el 15 de abril de 2025, NPR había informado que Trump planeaba una rescisión de fondos que podría recortar hasta $1.1 mil millones del presupuesto de la Corporation for Public Broadcasting (CPB), la entidad que financia parcialmente a NPR y PBS. El plan, que le daba al Congreso 45 días para aprobarlo o restaurar el financiamiento, parece haber culminado en esta orden ejecutiva. Sin embargo, la decisión levanta preguntas sobre las motivaciones reales detrás de esta medida. ¿Es una reforma legítima o un nuevo capítulo en la agenda de retribución política de Trump?
Datos muestran un panorama dividido. Una encuesta del Pew Research Center del 26 de marzo de 2025 reveló que solo el 24% de los adultos estadounidenses apoya eliminar el financiamiento federal a NPR y PBS. Entre los republicanos, el respaldo a esta medida sube al 44%, mientras que los demócratas muestran un apoyo mayoritario para mantener los fondos. Además, el 59% de los demócratas y el 23% de los republicanos confían en PBS como fuente de noticias, lo que sugiere que la percepción de sesgo no es universal.
El contexto más amplio agrava las preocupaciones. Un análisis de NPR del 29 de abril de 2025 documentó que, en los primeros 100 días de su segundo mandato, Trump ha utilizado poderes gubernamentales para atacar a más de 100 entidades, desde medios de comunicación hasta universidades, en lo que parece ser una campaña de represalias. En este caso, cortar fondos a NPR y PBS podría afectar no solo a estas organizaciones, sino también a estaciones locales que dependen de ellas. Ed Ulman, CEO de Alaska Public Media, testificó en marzo que sin este apoyo, historias locales clave, especialmente en áreas remotas como Alaska, simplemente no llegarían a una audiencia más amplia.
Por otro lado, NPR y PBS no dependen exclusivamente de fondos federales; gran parte de su financiamiento proviene de donaciones privadas y membresías. Sin embargo, la pérdida de apoyo del CPB podría golpear duramente a estaciones más pequeñas, limitando su capacidad de operar. Mientras Trump enmarca esta decisión como una lucha contra la “propaganda”, críticos ven un intento de silenciar voces independientes en un momento de alta polarización. La pregunta ahora es si el Congreso intervendrá para revertir esta medida o si marcará un precedente peligroso para el futuro del periodismo público en Estados Unidos.