Trump intensifica la retórica tras ataques a sitios nucleares iraníes: una escalada que desafía la diplomacia
La operación, ejecutada con bombarderos furtivos B-2 y misiles Tomahawk lanzados desde submarinos, marca la primera intervención militar directa de Estados Unidos contra Irán en la historia moderna
E.U.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el sábado 21 de junio de 2025 una operación militar contra tres instalaciones nucleares iraníes —Fordow, Natanz e Isfahán—, descrita por él como un “éxito espectacular” que habría “obliterado completamente” dichas infraestructuras. Acompañado por el vicepresidente JD Vance, el secretario de Estado Marco Rubio y el secretario de Defensa Pete Hegseth, Trump emitió un mensaje televisado desde la Casa Blanca, en el que justificó los ataques como una medida para frenar el supuesto desarrollo de armas nucleares por parte de Irán, un señalamiento que Teherán niega, insistiendo en que su programa nuclear tiene fines pacíficos.
La operación, ejecutada con bombarderos furtivos B-2 y misiles Tomahawk lanzados desde submarinos, marca la primera intervención militar directa de Estados Unidos contra Irán en la historia moderna, escalando significativamente el conflicto que ya lleva nueve días entre Israel e Irán. Trump, quien previamente había abogado por evitar guerras en Oriente Medio, cambió su postura tras una serie de ataques israelíes iniciados el 13 de junio, que buscaban desmantelar las capacidades nucleares y defensivas iraníes.
El mandatario estadounidense destacó la colaboración con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quien celebró la acción como un “momento histórico” que habría cumplido su promesa de neutralizar el programa nuclear iraní. Sin embargo, las afirmaciones de Trump sobre la “destrucción total” de los sitios contrastan con reportes iraníes, que indican que las instalaciones fueron evacuadas previamente y que el daño, aunque significativo, no es irreparable. La Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA) confirmó que no se detectaron aumentos en los niveles de radiación fuera de los sitios, lo que sugiere que no hubo liberación de material nuclear
El tono beligerante de Trump, quien advirtió que cualquier retaliación iraní sería respondida con “ataques mucho mayores” y afirmó que “quedan muchos objetivos” por atacar, ha generado críticas tanto internas como internacionales. El representante demócrata Jim Himes, de la Comisión de Inteligencia de la Cámara, calificó la acción como una “clara violación” de la Constitución estadounidense, al no contar con autorización del Congreso. Asimismo, el ministro de Exteriores iraní, Abbas Araghchi, condenó los ataques como una violación del derecho internacional y del Tratado de No Proliferación Nuclear, advirtiendo sobre “consecuencias eternas”.
El contexto de esta escalada es complejo. Durante meses, Trump buscó un acuerdo diplomático con Irán para reemplazar el pacto nuclear de 2015, del cual se retiró en 2018. Sin embargo, tras el colapso de negociaciones mediadas por Turquía y la intensificación de los ataques israelíes, optó por la vía militar, influenciado por la presión de Netanyahu y la inteligencia que sugería avances iraníes en enriquecimiento de uranio, aunque la IAEA y la propia directora de inteligencia nacional de Trump, Tulsi Gabbard, han afirmado que no hay evidencia de que Irán esté desarrollando armas nucleares.[](https://www.axios.com/2025/06/21/us-strike-iran-nuclear-israel-trump)[](https://www.aljazeera.com/news/2025/6/18/is-iran-very-close-to-building-a-nuclear-bomb-as-trump-claims)
La acción militar no solo ha elevado las tensiones en la región, con Irán lanzando misiles balísticos contra Israel en represalia, sino que también ha dividido a la base política de Trump. Mientras aliados como la representante Elise Stefanik alabaron los ataques, otros, como el congresista Thomas Massie, los criticaron por ser inconstitucionales. Además, grupos como los hutíes en Yemen han amenazado con atacar intereses estadounidenses en el mar Rojo, lo que podría ampliar el conflicto.
La retórica de Trump, centrada en la superioridad militar estadounidense y en exigir la “paz” bajo amenaza de más ataques, parece cerrar la puerta a la diplomacia en el corto plazo. La comunidad internacional, incluidos la Unión Europea y el secretario general de la ONU, António Guterres, ha instado a la desescalada, mientras que países como Qatar han advertido sobre las repercusiones en los mercados energéticos globales.
En conclusión, los ataques representan un punto de inflexión en el conflicto entre Israel e Irán, con Estados Unidos ahora como actor directo. La falta de claridad sobre el daño real a las instalaciones iraníes, combinada con la retórica agresiva de Trump y las advertencias de Teherán, sugiere un riesgo elevado de una escalada mayor, con implicaciones impredecibles para la región y el mundo.