Trump recurre al legado militar: Compara la crisis migratoria en California con una "invasión" y caos "tercermundista”
Trump en Fort Bragg: ¿Defensa Nacional o Retórica Inflamatoria?
EU.- El 10 de junio de 2025, Donald Trump pronunció un discurso en Fort Bragg que resonó con fuerza en el panorama político estadounidense. Frente a una audiencia de militares, arremetió contra lo que describió como “invasiones y caos tercermundista” en California, un estado que ha sido epicentro de protestas contra sus políticas migratorias. Este mensaje no fue casual, se alineó con su decisión de desplegar 2,000 miembros de la Guardia Nacional y cientos de Marines en Los Ángeles, una medida que la alcaldesa Karen Bass ha calificado como un intento de "crear desorden y caos". Las protestas, que estallaron el 9 de junio tras redadas migratorias que detuvieron a más de 100 personas, han sido marcadas por episodios de violencia, caos y robos, desafiando la narrativa de que fueran mayormente pacíficas. Según informes, la policía recurrió al uso de gases lacrimógenos y balas de goma, mientras que manifestantes lanzaron fuegos artificiales y participaron en actos de vandalismo, incluyendo el incendio de vehículos y el saqueo de comercios en áreas como el centro de Los Ángeles . Este clima de confrontación ha intensificado las tensiones entre las fuerzas de seguridad y los protestantes, reflejando una escalada que va más allá de los incidentes aislados. .
En su discurso, Trump no escatimó en dramatismo: "Generaciones de héroes del ejército no derramaron su sangre en costas distantes solo para ver cómo nuestro país es destruido por invasiones y ley de la selva tercermundista aquí en casa, como está sucediendo en California". Prometió no permitir que el estado se convierta en un "asalto total a la paz, el orden público y la soberanía nacional", sugiriendo que los disturbios son orquestados por "motines con banderas extranjeras".
La escalada militar en Los Ángeles, justificada por Trump como necesaria para proteger a los agentes federales, ha sido criticada no solo por Bass, sino también por el gobernador de California, quien ve en esta acción una provocación innecesaria. La pregunta que surge es inevitable: ¿Estamos frente a una defensa legítima de la seguridad nacional o a una estrategia política que utiliza el lenguaje de la guerra para justificar una respuesta desproporcionada a un problema social complejo? En un momento en que las divisiones internas se agudizan, el discurso de Trump en Fort Bragg no solo intensifica el debate, sino que también pone en el centro la tensión entre la retórica inflamatoria y la necesidad de soluciones reales.