Tuitplomacia en llamas: Cómo México y EE.UU. convirtieron X en un ring de lucha libre
Bienvenidos al circo de la tuitplomacia, donde la Cuarta Transformación (4T) y el trumpismo se dan la mano para demostrar que, en la era de X, la diplomacia es solo un hashtag mal usado.
CDMX.- Si alguna vez necesitábamos prueba de que un tuit puede hacer más daño que un misil mal apuntado, México y Estados Unidos nos han regalado un espectáculo para la posteridad. En apenas unos días, lo que empezó como una amenaza de impuestos a las remesas se convirtió en un circo de disturbios, tuits subidos de tono y acusaciones cruzadas que han dejado la relación bilateral tambaleándose como borracho en cantina. Bienvenidos a la tuitplomacia 2.0, donde la Cuarta Transformación (4T) y el trumpismo se enfrentan en la plataforma X con la madurez de adolescentes en un grupo de WhatsApp. En el centro del ring: una consejera de Morena gritando improperios, un senador estadounidense blandiendo ironía y una presidenta mexicana tratando de apagar un incendio con un vaso de agua.
Acto 1: Trump y los impuestos a las remesas
Todo comenzó cuando Donald Trump, el rey indiscutible de la provocación en X, decidió que gravar las remesas mexicanas era su nuevo truco para emocionar a su base. Con un tuit que parecía escrito entre un café y un ataque de ira matutino, anunció impuestos que morderían los más de $60 mil millones que los migrantes envían anualmente a México, según el Banco de México. La medida, vendida como un golpe a la migración, fue en realidad un puñetazo directo al estómago de millones de familias mexicanas. Y, como era de esperarse, México no se quedó callado.
Acto 2: Sheinbaum y el llamado a movilizaciones
La presidenta Claudia Sheinbaum, con su característica calma de profesora regañando a un alumno travieso, respondió con un discurso que pedía “movilizaciones” para defender los derechos de los migrantes. Sus palabras fueron como echarle leña a un fuego que ya chispeaba. En EE.UU., algunos interpretaron su mensaje como una invitación a armar el desmadre en su patio trasero, y el escenario estaba listo para el caos.
Acto 3: Redadas, disturbios y fuego
El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) no perdió tiempo. Sus redadas en California y Texas, que dejaron más de 100 arrestos, fueron el fósforo que encendió la pólvora. Las protestas contra estas detenciones masivas estallaron en Los Ángeles, con manifestantes enfrentándose a agentes federales, barricadas improvisadas y un vehículo de ICE convertido en una fogata digna de Instagram. Las imágenes, viralizadas en X más rápido que un meme de Bad Bunny, convirtieron la indignación en un espectáculo global. Y entonces, los actores principales decidieron subir al escenario.
Acto 4: Noroña, el provocador oficial
Gerardo Fernández Noroña, el bufón favorito de Morena, no podía quedarse fuera del show. Como si estuviera audicionando para un remake de “Viva la Revolución”, aplaudió una imagen de un manifestante ondeando la bandera mexicana frente al vehículo de ICE en llamas. No contento con eso, se burló del senador Eric Schmitt, quien había defendido los impuestos a las remesas, con un comentario que sonó más a pleito de bar que a debate político: “Estás viendo y no ves, senador”. Noroña, siempre fiel a su estilo de tirar la piedra y esconder la mano, pensó que estaba hablando a sus fans, pero terminó dándole material de sobra a los halcones estadounidenses.
Acto 5: Kristi Noem apunta a Sheinbaum
La gobernadora de Dakota del Sur, Kristi Noem, entró al ring con la sutileza de un rinoceronte en una cristalería. Acusó a Sheinbaum de “alentar” las manifestaciones violentas en EE.UU. “Cruzaron una línea peligrosa”. Noem convirtió a la presidenta mexicana en la villana de su narrativa trumpista, exigiendo que México “controle a sus ciudadanos”. El tuitplomático, tan preciso como un dardo arrojado con los ojos vendados, avivó la polarización en X y puso a Sheinbaum en una lupa que no pedía.
Acto 6: Melissa Cornejo y el tuit-bomba
Justo cuando parecía que el drama no podía escalar más, llegó Melissa Cornejo, consejera de Morena, con un tuit que fue menos un mensaje y más un misil teórico. “Métanse mi visa por el culo”, escribió en X, acompañando una foto de un manifestante en Los Ángeles durante los disturbios frente al Centro de Detención Metropolitana. El tuit, que acumuló miles de retuits y un arsenal de emojis de fuego, fue como gritar “¡Fuego!” en un teatro lleno. Cornejo, con la sutileza de un martillo, no solo desafió a las autoridades estadounidenses, sino que convirtió a Morena en el punching bag favorito de la derecha gringa.



Acto 7: Los senadores de EE.UU. contraatacan
Los senadores estadounidenses, con el senador Eric Schmitt a la cabeza, no se quedaron cruzados de brazos. Schmitt, ya harto de las burlas de Noroña, respondió en X aumentando su propuesta de impuestos a las remesas del 20% al 25%, como quien sube la apuesta en un juego de póker con una mano dudosa. A Cornejo, le contestó el vicecanciller Christopher Landau, quien, con su experiencia como embajador en México (2019-2021), lanzó un dardo cargado de sarcasmo: “Ordené cancelar la visa de la consejera Cornejo, solo para descubrir que nunca la tuvo. Quienes glorifican la violencia no son bienvenidos”. El tuit de Landau, respaldado por un comunicado oficial, fue el equivalente a un gancho al hígado, desinflando las bravuconadas de Morena mientras X aplaudía desde las gradas.


Acto 8: Sheinbaum intenta apagar el incendio
Con el circo en llamas, Sheinbaum salió a aclarar el desmadre. En un comunicado oficial, insistió en que nunca llamó a la violencia y pidió a los morenistas que cerraran la boca en X. “Nuestra prioridad es la defensa de los derechos humanos y la cooperación bilateral, no la confrontación”, afirmó, como si alguien en el mundo digital estuviera escuchado la palabra “cooperación”. Pero en X, donde la indignación es el pan de cada día, su mensaje se perdió entre los memes y los retuits. La presidenta, atrapada en un juego que sus aliados convirtieron en un reality show, intentó poner orden, pero el daño ya era un hecho: México, una vez más, era el villano incómodo del guión estadounidense.
La 4T: Diplomacia a punta de hashtags
La Cuarta Transformación soñaba con una política exterior de soberanía y derechos humanos, pero se ha topado con el muro de la tuitplomacia. Cornejo y Noroña, con sus arranques de barricada, creyeron que estaban hablando a sus bases, pero solo le dieron a los trumpistas un motivo más para pintar a México como el malo de la película. X, ese coliseo digital donde la razón se ahoga en emojis, ha convertido cada error en una crisis internacional. Sheinbaum, que soñaba con una política exterior feminista y humanista, ahora debe lidiar con el hecho de que sus aliados digitales son más un dolor de cabeza que una ayuda.
Un final digno de telenovela
La relación México-EE.UU. está ahora en un punto donde parece un culebrón de Televisa, todos gritan, nadie escucha y el guion cambia cada cinco minutos. Los impuestos de Trump, las redadas de ICE, los tuits de Cornejo, las acusaciones de Noem y el sarcasmo de Landau han creado una tormenta perfecta donde nadie sale bien parado. México, que depende del T-MEC y de la cooperación en seguridad, no puede darse el lujo de pelearse a tuitazos. EE.UU., con su polarización interna, usa a México como chivo expiatorio para desviar la atención de sus propios problemas. Y X, como siempre, es el escenario donde los egos chocan y la diplomacia se va al carajo.
Si la 4T quiere salir viva de este circo, tendrá que aprender que un tuit mal pensado es más peligroso que una mala negociación. Y si México y EE.UU. quieren salvar su relación, alguien tendrá que apagar el celular y sentarse a hablar como adulto. Pero, conociendo a los protagonistas de esta tragicomedia, eso suena tan probable como que Cornejo pida disculpas o Noroña deje de tuitear. Que siga el show.