¿Una toalla sanitaria "inteligente" que detecta cáncer y endometriosis? La promesa que despierta dudas
Proyecto en fase experimental, publicado en Advanced Science, busca ofrecer una herramienta no invasiva para alertas tempranas
Suiza.- Científicos de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (EPFZ) han presentado un avance que suena revolucionario: una toalla sanitaria inteligente, bautizada como MenstruAI, capaz de analizar sangre menstrual para detectar tempranamente enfermedades como el cáncer de ovario y la endometriosis. Según el estudio, publicado en Advanced Science, este dispositivo incorpora anticuerpos que reaccionan con biomarcadores específicos, mostrando cambios de color que podrían alertar sobre anomalías. Incluso viene con una app para facilitar la lectura, evitando métodos invasivos como cirugías o análisis de laboratorio.
El contexto es prometedor. La endometriosis afecta a más de 6 millones de mujeres en EE. UU. y puede tardar hasta una década en diagnosticarse, mientras que el cáncer de ovario, con una tasa de supervivencia del 49% si se detecta tarde (según la Sociedad Americana del Cáncer), clama por herramientas accesibles. La idea de transformar la sangre menstrual —hasta ahora vista como desecho— en una fuente de datos, como sugiere el doctorando Lucas Dosnon, es innovadora y abre puertas a la medicina personalizada.
Sin embargo, no todo es tan sencillo. Aunque el proyecto, aún en fase experimental, se presenta como no invasivo y práctico, los expertos advierten que no reemplaza un diagnóstico médico formal. La fiabilidad de los colores y la app depende de factores como la calidad de los anticuerpos y la variabilidad biológica entre usuarias, aspectos que requieren más pruebas. Además, el mercado ya cuenta con productos como el Q-Pad de Qvin, aprobado por la FDA y diseñado para detectar múltiples condiciones, lo que plantea si MenstruAI realmente aporta algo nuevo o si es solo otra promesa en desarrollo.
La iniciativa de la EPFZ es un paso valiente hacia la detección temprana, pero su éxito dependerá de rigurosos ensayos clínicos y de no generar falsas esperanzas. Por ahora, parece más una herramienta de alerta que una solución definitiva, y las mujeres interesadas deberían tomarla con cautela hasta que la ciencia confirme su potencial.