Vaticano revela arranque del cónclave: será el 7 de mayo
El cardenal italiano Giovanni Battista Re, una figura destacada en la Curia Romana, ha sido designado como el organizador del cónclave.
Roma.— La Ciudad del Vaticano será el epicentro de la atención global el próximo 7 de mayo de 2025, cuando inicie el cónclave para elegir al sucesor del papa Francisco, cuyo pontificado ha marcado una era de reformas y acercamiento a los desafíos sociales contemporáneos. La histórica Capilla Sixtina, famosa por los frescos de Miguel Ángel, acogerá a los cardenales electores, todos menores de 80 años, en un proceso secreto y solemne que determinará al próximo líder de los 1,300 millones de católicos en el mundo.
El cardenal italiano Giovanni Battista Re, una figura destacada en la Curia Romana, ha sido designado como el organizador del cónclave. Aunque su edad le impide participar en la votación, Re desempeñará un rol clave en los días previos, asegurando que el proceso se lleve a cabo con la precisión y solemnidad que exige la tradición. Su experiencia en la jerarquía eclesiástica, habiendo servido bajo varios papas, garantiza una gestión meticulosa de este evento crucial.
El cónclave, regido por normas establecidas en la constitución apostólica Universi Dominici Gregis, es un evento cargado de simbolismo y ritual. Los cardenales se reunirán en aislamiento total, sin contacto con el exterior, para deliberar y votar hasta que un candidato obtenga una mayoría de dos tercios. La duración del cónclave es impredecible: puede resolverse en pocos días, como ocurrió con la elección de Benedicto XVI en 2005 (dos días), o prolongarse si las posturas entre los cardenales son divergentes. Cada votación, realizada en la Capilla Sixtina, culmina con la quema de las papeletas, produciendo el famoso humo blanco (fumata bianca) que anuncia al mundo la elección del nuevo papa, o humo negro si no hay acuerdo.
El contexto de este cónclave es particularmente significativo. El papado de Francisco, iniciado en 2013, ha estado marcado por su énfasis en la misericordia, la inclusión y la atención a cuestiones como la pobreza, el cambio climático y el diálogo interreligioso. Sin embargo, su enfoque progresista también ha generado tensiones con sectores conservadores de la Iglesia. El próximo papa heredará una institución que enfrenta desafíos complejos: la secularización en Occidente, el crecimiento del catolicismo en África y Asia, los escándalos de abuso sexual y la necesidad de mantener la relevancia en un mundo polarizado.
La elección del nuevo pontífice no solo definirá el rumbo de la Iglesia católica, sino que también influirá en debates globales sobre ética, justicia social y moralidad. Mientras el mundo espera la fumata bianca, el cónclave de 2025 será un momento de introspección y esperanza para millones de fieles, así como un recordatorio de la perdurabilidad de una institución milenaria en tiempos de cambio.