Zacatecas en jaque: Campesinos reviven el caos vial contra la reforma que ahoga al campo
Cientos de campesinos de la UPAZ paralizaron el lunes las carreteras federales en Fresnillo, Guadalupe y Ojocaliente; exigen derogar la reforma que prohíbe la transferencia de concesiones de agua
Zacatecas.- En un eco de protestas pasadas, cientos de productores agrícolas de Zacatecas volvieron a paralizar este lunes las principales carreteras federales, bloqueando casetas como la de Calera, Osiris y Arsinas, en municipios como Fresnillo, Guadalupe y Ojocaliente. A bordo de tractores y maquinaria, miembros de la Unión de Productores Agropecuarios de Zacatecas (UPAZ) exigen derogar la controvertida reforma a la Ley de Aguas Nacionales, que ven como una amenaza directa a su supervivencia. Aunque permiten un paso intermitente cada hora por diez minutos para emergencias, el colapso vial ya afecta a transportistas y familias, recordando los cierres de noviembre que obligaron a diálogos fallidos con el gobierno federal.
La iniciativa, impulsada por la presidenta Claudia Sheinbaum el 1 de octubre y en debate en el Congreso, busca recuperar la rectoría estatal sobre el agua, prohibiendo su mercantilización, ventas o herencias de concesiones entre privados para frenar el acaparamiento por grandes empresas. La Conagua la defiende como un paso hacia la equidad y el derecho humano al agua, con un registro público para transparentar usos. Sin embargo, el PRI y el sector agropecuario la tildan de centralizadora, argumentando que concentra poder en la dependencia federal y pone en riesgo la seguridad alimentaria al limitar el agua para riego en un estado árido como Zacatecas, donde la agricultura genera el 20% del PIB local.
Esta escalada no es solo un pulso logístico, sino un grito de auxilio ante promesas incumplidas: tarifas eléctricas impagables y minutas olvidadas tras las mesas de diálogo previas. Mientras el campo zacatecano, pilar de la economía regional, se desangra por sequías crónicas, urge un replanteo que equilibre ecología y subsistencia; de lo contrario, estos bloqueos podrían contagiarse a otros estados y forzar una reforma a medias que beneficie a pocos. El Congreso tiene la pelota: ¿escuchará al surco o al escritorio?



